El pasado domingo la familia de Zalo Reyes comunicó el sensible fallecimiento del cantante chileno, a los 69 años, producto de complicaciones de la diabetes y a un cáncer de páncreas.

El ‘Gorrión de Conchalí’ es velado en el gimnasio municipal de la comuna, hasta donde este lunes llegó una gran cantidad de personas, para despedirlo.

En dicho contexto, su nieto Boris González, conversó con Las Últimas Noticias, en donde reveló que el fallecido artista dejó un especial proyecto inconcluso.

“Quiero devolver el cariño de la gente tocando las canciones de mi abuelo. Compartíamos la misma obsesión por la música, vivíamos juntos y armé un estudio en la casa, así que pasamos toda la pandemia entretenidos tocando”, comienza contando el joven.

Él era muy perfeccionista y de hecho, dejó un disco a medio grabar. Lo pasábamos excelente, se nos pasaba la hora y a él le gustaba verme tocar piano”, agregó.

Asimismo, Boris contó que “empecé con ese instrumento a los tres años, cuando mi abuelo me rogó para que tocara y tengo muchos videos con cinco años acompañándolo. Su despedida fue muy repentina”.

Hijo de Zalo Reyes recordó su último concierto

El hijo de Zalo Reyes, del mismo nombre que su nieto, recordó el último concierto del intérprete de Un ramito de violetas, el cual realizó a fines de julio.

“Él había planificado hace una década dejar de a poco la tele hasta abandonarla hace seis años. Cuando le amputaron un pie debido a la diabetes pudo bajar el ritmo de su trabajo, estaba más tranquilo. Su último concierto fue en el Chancho Mío, un local en San Pablo”, explicó.

En dicho show, “cantó de todo y la gente estaba feliz, porque él siempre decía todo lo que le pasaba y sentía sobre el escenario. Nunca pensamos que sería el último”, agregó.

“Teníamos muchos shows agendados, pero el 9 de agosto ingresó al hospital, descompensado, no quería comer. Mi papá estaba siempre entre lo trágico y lo bonito: al día siguiente de ser internado sufrió un infarto y estuvo muerto hasta que lo resucitaron con dos golpes de corriente, antes de quedar en coma inducido”, afirmó.

Por último, rememoró que “un día después lo visité y le estaba hablando cuando abrió los ojos. Le conté del cariño de la gente, de mi mamá, de mi cariño, nuestra relación y él, que no podía hablar, me miraba y asentía. Dije todo lo que quería decirle”, sentenció.