Este domingo debutará en las pantallas de Chilevisión una nueva temporada de El Discípulo del Chef, bajo el título ‘La gran batalla’, pues competirán los ganadores y finalistas de emblemáticos programas de cocina. En esa línea, llamaron la atención los tres semifinalistas del primer ciclo de MasterChef, quienes en su momento protagonizaron fuertes polémicas.
Hablamos de Daniela Castro, Leonora Saavedra e Ignacio Román. Este último conversó con Página 7 al respecto, descartando que existan peleas o rencillas entre ellos.
“Nosotros nunca nos dejamos de ver. Hemos estado en comerciales, en programas, o invitados a distintos eventos, entonces mantuvimos el contacto. Hay un gran cariño por todos los participantes”, indicó.
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En esa línea mencionó no solo a Daniela y Leo, sino también a Max Cabezón, Almendra y Faryd. “Hay cariño con todos y el elenco está muy bueno“, destacó.
“Yo nunca he sido de polémicas. Soy directo, franco… el patito feo, como diría yo, pero bien. Estoy feliz porque van a ver otro Nacho que no conocían“, añadió.
Intercambios en la prensa: ex MasterChef zanjaron la polémica
Fue en 2016, un año después de la final, que Daniela Castro y Leonora Saavedra tuvieron duros intercambios a través de la prensa, luego de que la rubia acusara a su excompañera de ser “manipuladora” para venderle cierta imagen al público.
Luego vendría el conflicto de quiénes del programa mantuvieron realmente el contacto con la querida ‘Naná’, quien se había convertido por lejos en la participante más querida de esa temporada.
“Ya estamos más maduras y lo conversamos… comenzamos de cero y nos hemos llevado muy bien”, dijo la mujer a Las Últimas Noticias, detallando que con Ignacio Román también hay buena onda.
“Ha pasado demasiado tiempo y hay que seguir… Yo nunca he tenido ningún problema con nadie. Tener acá a Leonora y Nacho no te hace sentirte sola porque ya vivimos la misma experiencia”, destacó por su parte la influencer.
Ignacio Román de vuelta a la competencia gastronómica
“El mundo gastronómico bajó muchísimo en la pandemia, lo pasamos muy mal. Tuvimos que cerrar los restaurantes”, lamentó Román, añadiendo que todo eso lo llevó a aceptar la invitación de Chilevisión para El Discípulo del Chef.
“Este ha sido un desafío muy entretenido que me genera expectativas, pero me da también la posibilidad de mantenerme vigente y que la gente sepa que sigo cocinando“, añadió.
“Seguimos manteniéndonos en los eventos gastronómicos y esto es un buen apogeo para la cocina. Bienvenido el formato y que sigan los jóvenes con ganas de cocinar y de ser chefs”, reflexionó al respecto.
Además, aseguró que enfrentarse nuevamente a la evaluación de los chefs “es emocionante. Ya lo he vivido, pero es otro formato. Igual se pasa muy bien”.
Sobre la posible “presión” de haber estado a punto de ganar MasterChef en 2015, indicó que “si uno cocina con presión, dificultad o miedo, la comida no te va a quedar rica. Vengo a disfrutar cada plato que cocino, vengo a pasarlo bien con cada ingrediente”.
“La clave para tener éxito y avanzar en este programa es hacerle caso al chef y lo mejor de todo: cocinar con amor”, concluyó.
