El pasado 23 de mayo TVN reestrenó Pampa Ilusión, ficción que debutó durante el primer semestre de 2001, cuando el canal pasaba por su época dorada de las teleseries.

Recordemos que la producción estuvo ambientada en el Humberstone de 1935, y cuenta la historia de Inés (Claudia di Girólamo), la desterrada hija del empresario inglés, William Clark (Héctor Noguera), quien para evitar ser apresada y poder ingresar a la salitrera de su padre, aprovecha sus conocimientos de medicina y se disfraza de hombre: el doctor Florencio Aguirre.

El déspota personaje de Noguera tuvo la particularidad de pasar toda la teleserie acostado en su cama. En conversación con el Podcast Chileactores, el actor recordó ese inusual escenario para un rol protagónico.

“En muchas oportunidades existió la duda por parte de los guionistas de si al señor Clark había que sacarlo de la cama”, inició el diálogo.

“Había un temor de que fuera demasiado monótono el hecho de que siempre estuviese ahí. Por suerte, se decidió no sacarlo”, agregó.

El destacado intérprete nacional reconoció que él también influyó en aquella decisión. “Les decía que había que dejarlo ahí, porque eso lo hacía muy especial. No hay otras teleseries en que el protagonista esté siempre en cama”, comentó.

En ese sentido, Noguera indicó que aquello “fue un riesgo” que trajo buenos resultados. “En estas teleseries siempre se jugó a algo que rompía la tradición, los lugares comunes. Era un desafío que provocó una vuelta interesante hacia el género”, sostuvo.

“Por ejemplo, acá el personaje principal está siempre en cama, además es un hombre mayor. El alcalde de Sucupira igual, que quería inaugurar un cementerio y nunca lo puede hacer”, complementó.

Según el actor, fue una arriesgada resolución que resultó a favor. “Por eso no es bueno desconfiar del público, pensar que la gente no lo va a entender, no le va a gustar… esos supuestos atentan en contra del éxito”, aseguró.

El realismo mágico de la última escena

El malvado Mr. Clark nunca dio su brazo a torcer. Sus acciones lo hicieron perder a su hijo Manuel (Francisco Melo), jamás reconoció como hija a Inés, y puso a todo los habitantes en su contra.

Por lo mismo, fue llevado hasta un asilo. Aislado de todos, lo sacaron en su cama, ya que no podía caminar, y en el trayecto fue expuesto ante su arruinado pueblo.

“Cuando leí el texto de la última escena me alegré mucho, sentí que no se pudo haber tomado una mejor opción. Este personaje tan autárquico, prepotente, que se paseara por un pueblo que lo miraba en silencio, que no se sabía si lo estaba juzgando o adorando, o las dos cosas al mismo tiempo”, rememoró.

“Vestido de gran señor, en la cama… es una situación que reúne a la literatura latinoamericana, tiene mucho de realismo mágico, García Márquez y otros autores”, continuó.

“Hubo ahí una respuesta muy interesante a una visión de la realidad, siempre mezclada con la magia, que le da a nuestra literatura una identidad especial respecto a la de otros continentes. Esa última escena resume todo eso”, concluyó.