Camila Hirane se sinceró tras el término de las grabaciones de Verdades Ocultas, y su inminente final.

En conversación con Las Últimas Noticias, la actriz afirmó que pudo normalizar su vida recién en marzo pasado, cuando dejó de interpretar a Martina.

“Tras la teleserie tenía que retomar y ordenar mi vida. Tenía muchas cosas delegadas, postergadas, desde asuntos administrativos, médicos y personales. Si agarraría a mis dos perritas (Nina y Blanca) y me iría a instalar a Madrid, pero tampoco tengo visa y eso es algo que tengo que ver con calma, porque ahora necesito descansar un poco”, partió diciendo la actriz.

Camila menciona Madrid ya que estuvo de vacaciones el año pasado en esa ciudad, donde aprovechó de realizar cursos de Teatro. Si bien pensó en volver, aún lo medita.

Según la profesional tras Rocío y Martina en Verdades Ocultas, ahora pudo darle término a algo que tenía pendiente desde hace meses.

En noviembre de 2020 se cambió de casa tras su quiebre con Matías Oviedo. Fue recién tras finalizar las grabaciones que pudo ordenar todo.

“Cuando me cambié, llegué a mi casa y metí todo a la bodega no más. Al principio de la pandemia estuvimos seis meses sin grabar, pero justo en ese periodo (de mudanza) volvimos a hacerlo con todo y fue el cambio de personajes”, detalló Hirane.

“Fue muy, muy intenso, además de todos los protocolos por el COVID que debíamos hacer. Lo di todo, y lo había dado todo, pero después necesitaba ese descanso de tres meses en 2021”, agregó.

Camila recordó que si bien su casa funcionaba sin problemas, tenía apiladas cajas que nunca se desembalaron.

“El hogar nos representa y toda mi vida estaba en cajas mientras hacía la teleserie. Por eso el tiempo de rodaje de estas producciones suelen ser siete meses y después se descansa, porque por el ritmo de grabación queda poco tiempo para hacer otras cosas”, recordó.

Al final, Camila Hirane se sincera y dice que ahora “pude reencontrarme conmigo misma cinco años después, cinco años más vieja. Retomar proyectos en el teatro. Lo exquisito de poder ir una mañana a sentarme en una cafetería a leer un guión que me mandaron, por ejemplo”.