Rafael Araneda y Marcela Vacarezza hablaron en una reciente entrevista sobre el proceso de adopción de su hijo Benjamín y cómo les cambió la vida como familia.

En conversación con la revista People en español, el matrimonio recordó que la conexión con el pequeño —a quien conocieron cuando tenía 3 meses— fue inmediata, sentimiento que compartieron con el resto de sus hijos, Martina, Florencia y Vicente.

“Tiene 4 años, celebramos hace dos semanas su cumpleaños. Es muy emotivo poder hacerlo porque fue muy difícil el proceso de adopción para nosotros como familia, dada su historia personal, que es absolutamente reservada, porque cuando hay un juicio con un menor es privado”, expresó Rafael.

“En mi país, a nivel de instituciones de los niños en situación de abandono, todavía están cargadas de burocracia, de lentitud y de visiones que no van con la defensa superior del niño. No está permitido para mí, ni para ningún integrante de mi familia, hablar de lo poco que sabemos (de sus padres biológicos)“, explicó.

Consultado por la posibilidad de que con Marcela pierdan la custodia de Benjamín, el animador de Enamorándonos USA afirmó que no hay “ninguna”.

Él es Araneda Vacarezza, con su pasaporte y su visa. Nació en Chile, tiene los mismos derechos y obligaciones que tienen todos mis hijos. Eso sucedió después de dos años. Cuando él tenía 4 meses, él vivía con nosotros, pero lo que no podíamos hacer nosotros es que él tuviese nuestro nombre y apellido”, contó.

“Ahí viene un proceso que es muy largo y duro porque, en el fondo, cada vez que vas a tribunales tienes la sensación de que te lo pueden quitar. Y para nosotros ya era y siempre fue parte fundamental del hogar y de la casa. Él siempre fue un Araneda Vacarezza, más allá de lo que podía haber dicho su certificado de nacimiento, que ya cambió y su pasaporte también”, añadió.

Araneda recordó que estuvieron dos años así, “llevándolo todos los miércoles y a veces fines de semana para que lo vieran y siempre veían al niño maravilloso”.

“Él lloraba, regresábamos a casa y no nos dirigía ni una sonrisa en toda la tarde (porque tenía miedo de que lo abandonaran). Él siempre tiene un tema que no le gusta que lo dejen solo. Nos dice: ‘Tú te quedas conmigo'”, reveló.

“(Una vez), Marcela habló de su hijo y la jueza le dijo: ‘Todavía no es tu hijo’. Y ella le respondió: ‘Perdóname, una cosa dice la ley, pero para mí es mi hijo’. Es como si me hablara de Martina, de Florencia o de Vicente.

“Le dije: ‘Usted no me lo va a quitar, por eso estamos en este proceso’. No podían hacerlo”, agregó Vacarezza.

Respecto al momento en que Benjamín quiera saber de su origen, Rafael señaló que “toda la información que él quiera obtener, cuando cumpla 18 años”.

“Él puede ir a una gaveta en el Departamento de Justicia donde le abren el caso completo. En ese sentido funciona muy bien la ley en Chile. Él está en absolutamente todo su derecho de conocer su historia. Si el día de mañana él quiere que nosotros lo apoyemos en reconstruirla, ahí voy a estar“, aseguró.

“Él a los 18 años tiene la oportunidad de poder abrir la carpeta investigativa, y poder conocer su historia”, agregó Marcela.

“¿Les dice algo porque tiene un color de piel diferente al de ustedes y sus hermanos?”, le preguntaron al matrimonio, a lo que Araneda indicó que Benjamín “se está dando cuenta”.

“Él ya percata que su color no es el de sus hermanos. Hace pequeñas preguntas. Estábamos en un aeropuerto cuando estuvimos en Navidad en Chile, y él tiene una oreja muy parecida a la de Vicente. Y yo le digo: ‘Mira, tienen las orejas parecidas’, y me dice: ‘No, papá, porque la de él es amarilla y la mía no”, relató.

“Es evidente que él se da cuenta. Salíamos y a veces veía niños de su mismo color y decía ‘Benji’. Hablamos con un psicólogo y con un psiquiatra. Nos dijeron que la palabra ‘adopción’ tiene que estar en su vocabulario, que no debe haber ningún recelo en utilizarla en el día a día. ‘Elección, amor, diferencia, regalo, búsqueda, te elegimos’, porque el día de mañana va a fluir naturalmente, no puede ser un trauma”, añadió.

Marcela ahondó en este tema, señalando que Benjamín “es muy chico todavía, no nos queremos adelantar mucho a sus preguntas”.

“Creo que los niños van preguntando cuando tienen duda, cuando se les arma alguna curiosidad. Yo le empecé a decir que nosotros lo habíamos elegido como hijo, y él decía: ‘Ya, bueno’, y después al tiempo me dijo: ‘¿Cómo?’. Le contesté: ‘Bueno, te conocimos en una casa’. Su respuesta fue: ‘Ya’. Después al tiempo me decía: ‘¿Y dónde queda esa casa?’. Él va preguntando”, detalló.

El tema del color, él mismo ha ido diciendo: ‘Tú eres naranja o amarillo, no como yo’, pero no va más allá. En el jardín tiene compañeros japoneses, hay otra niñita del mismo color también, hay un niño hindú. Tiene cuatro años recién cumplidos, entonces para él no es tema. Y mientras no sea tema, no hay que llenarle la cabeza con cosas“, comentó.

Vacarezza y Araneda revelaron que aún no pueden creer que lograron que Benjamín fuese parte de su familia, catalogándolo como “un milagro”.

“Creo que fuimos los elegidos. Uno viene al mundo para algo y Benjamín le dio un sentido. Esto fue algo que llegó de manera inesperada, no sé si es el destino, pero siento que para esto vinimos”, expresó Marcela.

Por último, sobre qué consejo lo puede dar a alguien que esté considerando adoptar a un niño, Vacarezza señaló que no lo duden y que simplemente lo hagan. “Puede haber muchos temores. Yo, antes de tener a Benjamín, no entendía como se quiere a un hijo adoptivo ¿De dónde sale el amor para compararlo con el amor que uno siente por los hijos biológicos? Decía: ‘Tiene que ser diferente, no puede ser igual’. Es el mismo amor que se siente por los hijos biológicos, pero es maravillosamente especial”, afirmó.