Este domingo, se estrenó en TVN el programa Cambio de rumbo, con la voz en off de Karen Doggenweiler. El espacio relata historias de chilenos que dejaron la ciudad para instalarse en el norte o sur de Chile.

El primer capítulo se centró en Patricio Cisternas, más conocido como ‘El hacedor de hambre’, quien cortó con los excesos y el carrete para salvarse y emprender una vida más pausada en la ciudad de su infancia, donde viven sus padres y una de sus hijas: Zapallar.

Patricio Cisternas lideró por siete temporadas el exitoso programa Hacedor de hambre, en el que recorría diferentes sitios del país para disfrutar lo mejor de la gastronomía chilena.

“Íbamos a lugares todos los días de la semana, por cuatro meses, luego paramos un mes y medio para producir y volvíamos tres meses más. Aparte de que éramos carreteros. Cuando terminábamos de grabar a las siete de la tarde, salíamos a tomar, a comer. Así en todas las temporadas”, contó Cisternas.

“Empezamos a ver videos de antes, cuando empezamos y pesábamos 88 kilos. Terminamos con 120. Me pasó la cuenta al cuerpo, a la salud, el estrés. No me podía abrochar los zapatos, subía un cerro, daba tres pasos y me quería morir”, explicó.

Hacedor de hambre
Captura

Además, empezó a llevar la administración y contabilidad del programa, temas en los que no era experto, por lo que cometió muchos errores. Durante cinco años, se levantaba a las cinco de la mañana y se acostaba a la una de la madrugada, porque no podía dejar de pensar en lo que tenía que hacer.

Cambio de vida

“Llegó un momento donde mi hermano me dice ‘quiero que vayas y te hagas una intervención, ponte el balón gástrico para que bajes de peso'”, contó.

Sin embargo, Sabrina, una amiga nutrióloga, le dijo que esa no sería la solución, y que en 10 meses volvería a engordar, ya que su problema estaba “en la cabeza”.

“Cuando nos topamos por Zoom, me mira a los ojos y me dice ‘estás pedido’. Que una amiga doctora te diga eso… Por primera vez en mi vida me asusté. Yo no le tengo miedo a nada, siempre voy para adelante y que pase lo que tenga que pasar, pero nunca había tenido tanto miedo como ese día”, afirmó.

“Me di cuenta de que estaba muy mal a nivel de mente, de vida, de estrés, de salud y tuve que hacer un cambio de alimentación, un cambio de vida, salir de la locura de la pega, venirme a Zapallar y meterme en el lugar que más me gusta estar: el silencio”, manifestó Patricio.

“Siempre he hablado que hoy, a mis 48 años, me estoy conociendo, qué es lo que quiero, lo que necesito. Este silencio me está sanando. La soledad me encanta ahora”, declaró.

Patricio Cisternas vino
Captura | TVN