Daniel Fuenzalida habló del pololeo de su hija y reveló cómo se desenvuelve siendo "el suegro"
La tarde del martes, Daniel Fuenzalida estuvo invitado al programa Más Vivi que nunca, donde habló de su carrera profesional, pero también abordó ámbitos de su vida personal. Cuando se refirió a la conexión con su hija Ignacia, le preguntaron cómo se tomaba la relación de pareja que ella tiene desde hace un tiempo.
“Siempre hemos tenido la relación de papá/hija. No soy de la idea de ser amigos, pero sí de tener mucha comunicación y traspasarle mi experiencia en diferentes temas, desde estudios, trabajo o pololeos”, reconoció el conductor de Me Late.
“Eso te iba a decir. Ella tiene 20 años y un pololo hace 7 meses. ¿Cómo eres como suegro?“, le preguntó Vivi Kreutzberger en ese punto.
“Fíjate que medio quedado. Soy más bien tímido“, respondió inicialmente el comunicador, a quien le mostraron posteriormente una foto de su retoña con el mencionado pololo.
“A mí me cayó bien. Es como tranquilo y piola, pero yo no soy de esos suegros metidos, pesados ni de poner reglas“, explicó Fuenzalida.
“Si a mí me parece algo que no es, lo hablo con ella, no con él”, cerró.

Captura | TV+
Daniel Fuenzalida y la relación con su hija
“Los últimos años te ha ido bien y estás bien plantado en la vida, pero no todo el tiempo fue igual. ¿Cómo fue cuando te la pasaban y tú estabas en otra?”, quiso saber la conductora del programa de TV+.
“Al principio fue complicado. Logré entender que Francisca, la mamá de la Ignacia, pusiera muchas restricciones cuando nos separamos“, reconoció Daniel.
“No podía ir a buscarla al colegio ni tener visitas en la semana. Era los días sábado por 4 horas y tenía que ser en la casa de mi hermano o de mis papás. Por eso se crea un vínculo muy estrecho entre la Ignacia y mi mamá”, reflexionó al respecto.
Después ya hubo más confianza y existió la rehabilitación de por medio para reparar la relación entre padre e hija.
“Había fines de semana en que yo andaba arriba de la pelota. Siempre traté de llegar, pero muchas veces no llegué y mi mamá y mi papá tuvieron ese rol. O a lo mejor yo estaba físicamente presente, pero no en el quehacer de la paternidad“, concluyó Fuenzalida.