Francisco Reyes habló con el Podcast Chileactores, donde repasó su icónico rol en Romané (2000): el padre Juan Bautista Domínguez North.

El destacado actor nacional contó detalles sobre el proceso de creación del personaje, su relación con Jovanka Antich (Claudia Di Girolamo) y se refirió al inesperado final.

Recordemos que la producción cuenta la historia de un grupo de gitanos que llega a asentarse a la ciudad costera de Mejillones, generando división entre la comunidad local.

El rol de Reyes era un sacerdote, hermano del empresario Rafael Domínguez (Francisco Melo), quien tenía una buena relación con los gitanos, especialmente con Jovanka, por quien se sentía muy atraído.

“Me entrevisté con dos tipos de sacerdotes: uno mucho más poblacional, vinculado a la realidad dura, y otro solo de parroquia, citadino. Fueron mis referentes”, dijo.

“Conversar todos los temas con ellos fue bastante entretenido. Hablamos sobre sexualidad, cómo se planteaban frente al celibato, las mujeres. De ahí yo iba dibujando la forma de relacionarme con la Jovanka”, agregó.

Relación con el personaje de Claudia Di Girolamo y el inesperado final

El cura Juan se enamoró profundamente de Jovanka, sufriendo el shock de la opción que tomó: el sacerdocio y la vida consagrada a Dios.

“Una relación mundana con este ser maravilloso… él lograba captar la pureza de ese personaje, hecho magistralmente por la Claudia”, comentó.

“Así como en La Fiera, no solamente era la búsqueda de un romance. Estos personajes llegaban a las relaciones desde otros lados, de otros conflictos: la fe hacia un ser supremo y la fe en la vida, que era Jovanka”, complementó.

Con un cierre poco convencional para la época, la pareja protagonista no terminó junta, luego de que el sacerdote rechazara la idea de dejar el sacerdocio para comenzar una vida en pareja con la gitana.

“Yo creo que los guionistas tratan de hacerle gallito a la audiencia. Lo obvio es que se hubiesen quedado juntos, familia feliz y chao”, reconoció.

Asimismo, se refirió a las supuestas presiones que existieron para cambiar el final. “Siempre se ha especulado que hubo gallitos con la iglesia… no lo voy a corroborar ni desmentir, es parte de la historia”, señaló entre risas.

“Fue un final adecuado, para el cura Juan era súper difícil hacer el cambio radical, pese a que estaba muy vinculado con la comunidad gitana”, concluyó.