Este lunes se estrenó la nueva temporada de Más Vivi que Nunca, que tuvo como invitado al recordado coreógrafo de Venga conmigo, Ángel Torrez.

El bailarín nació en Bolivia y tempranamente perdió a sus progenitores. Su madre murió cuando él tenía 3 años, y al cumplir los 10 falleció su padre.

Vivi le mostró una imagen del hombre y el exparticipante de Aquí se baila se quebró. “Es la única foto que tengo de él, nunca la había visto tan grande…”, reconoció entre lágrimas.

Torrez recordó que su padre tenía problemas al corazón. “Lo llevamos a La Paz pensando que era mejor salir del campo, pero fue peor. La altura le hizo mal, no podía respirar”, dijo.

Tras el sensible deceso, el bailarín volvió a Coroico, su lugar de nacimiento. “Mi hermana era mayor, tenía a su hijo, entonces me fui porque quería mi propio camino”, indicó.

Fue ahí cuando conoció a una familia que le ofreció un trabajo. “Limpié autos, barrí las calles… hice de todo para sobrevivir”, contó.

“No sabía lo que iba a pasar al día siguiente, no sabía si mañana iba a tener para comer. Dormí en la calle muchas veces, sentí frío”, agregó.

El baile, su gran aliado

El baile lo sacó de un camino que podría haber terminado de otra manera. “Me permitieron estar en una discoteca porque me gustaba la música. Ahí me di cuenta de que amaba el baile. Como no tenía dónde quedarme, dormía y pasaba la noche en la disco”.

“Un día me vio bailar una persona y me invitó a un programa de televisión como Cuánto vale el show, allá en Bolivia. Después de eso, una escuela contemporánea de danza me invitó a bailar con ellos”, añadió.

El hombre que lo contactó, coreógrafo de un café concert, vio el potencial de un pequeño Ángel y lo llevó a participar del show “Él me metió en esto… hasta ahora”, concluyó.