Paloma Moreno fue la más reciente invitada al podcast Impacto en el Rostro, en donde repasó su trayectoria en teleseries nacionales, siendo las últimas Gemelas, de CHV, y La Torre de Mabel, de Canal 13.

De esta última hizo algunas críticas. “Se me enredó un poco la historia, siento que no estaba tan clara y al no estarlo, me costó construir el personaje”, comenzó relatando.

Había cosas terribles presentadas como comedia. No quedaba tan clara la manera en que se quería contar la historia, porque lo que generaba todo el problema de Mabel, era este video que se hacía viral, porque salía con un vedetto, bailando muy borracha, muy drogada se sabía después, y esto generaba un problema terrible para ella en su vida”, agregó.

Respecto a esta situación en la ficción, Moreno indicó que “tenía que ser dramático, ver el video y decir ‘chuta’, pero también tenía que dar risa. Oscilaba entre estas dos cosas. No te da risa ver a una mujer drogada, siendo manipulada por un hombre. A mí no me daba risa. ¿La gente cuando lo ve se ríe?”, se preguntó la intérprete.

Respecto al hilo conductor de la historia, Paloma hace hincapié en que “había un puntapié, que generaba todo el conflicto de toda la historia por venir, que no se sostenía tan bien”.

“Era una teleserie complicada, enrollada…”

Luego, profundizó sobre este punto: “Se iba desarrollando la historia y sentía que se abrían demasiados conflictos todo el tiempo. No había una línea de conflicto clara. Al final, lo que mucha gente me decía era ‘dejo de ver la teleserie dos días y ya pasaron un millón de cosas’“, contó.

“Era confuso. Hay personajes que no se entendían qué rol tenían, qué era lo que tenían que contar en la historia. Era una forma de relato que a mí me costaba contener y como protagonista, sobre todo en este género, hay que saber contener, porque ese es el rol del protagonista. Me costó mucho contener, pisar firme”, se sinceró.

Consultada sobre si La Torre de Mabel se alejó mucho del contexto de un Chile post estallido social, la actriz manifestó que “no tendría por qué estarlo, pero a mí me pareció que, de muchas formas, no lo estaba. Costaba aterrizar eso (…) no es una labor de la ficción hacerse cargo del contenido político que está pasando en un país”.

No obstante, dejó en claro que el gran problema que presentó la teleserie para no enganchar con la audiencia fue que “es una teleserie complicada, difícil, un poco enrollada, no tan clara. La comedia pide aún más claridad que el drama”, enfatizó.

Respecto a lo anterior puso como ejemplo a Pacto de Sangre y Demente: “Ahí cambia el escenario todo el tiempo, pero igual hay cosas claras. Está el hecho inicial y todo circula alrededor. Acá el hecho inicial dejaba de importar en el capítulo 15“, cerró.

Revisa la entrevista completa: