Joaquín Winter tiene 23 años y ya sueña en grande. El joven que fuera finalista de El Discípulo del Chef hace dos años, ya está planeando su vida en donde en el horizonte aparece -a largo plazo- la instalación de su propio restaurante.

Y es que su experiencia en el programa fue de mucha ayuda, señala, para “poner en práctica mis conocimientos culinarios. El programa me ayudó muchísimo a poder dar ese paso, de mostrar que soy un joven con sueños, de querer aprender cosas distintas”, comenta a Página 7.

El egresado de Administración de Artes Culinarias asegura que el espacio que conduce Emilia Daiber “me generó una especie de reconocimiento, que la gente me viera como una persona que la gusta la gastronomía y que lucha por tener mejores oportunidades en un rubro que está súper golpeado”, afirmó.

¿Pero qué ha sido de él en este tiempo alejado de la televisión? Principalmente trabajando, cuenta a nuestro medio, en una época difícil, reconoce, producto de la pandemia. Sin embargo, fue en esa difícil situación que otro integrante del programa le tendió una mano.

Estuve de jefe de cocina en el restaurante Pastamore de Ennio Carota durante la pandemia. Una de las cosas que te deja el programa son los contactos y Ennio fue una de las personas que se me acercó”, cuenta Winter, quien administró el restaurante del chef italiano durante 5 meses.

“En ningún lado estaban contratando y él me abrió las puertas del restaurante. Fue una bonita experiencia y feliz de que me haya dado la oportunidad de liderar su restaurante, que no es menor”, agrega el joven que perteneció al equipo azul de Yan Yvin en el programa, a quien recuerda “con mucha alegría y cariño”.

Cambios en el equipo azul

No obstante, su lugar en la segunda temporada de El Discípulo del Chef lo ocupó Carolina ‘China’ Bazán. ¿Qué le pareció a él este cambio?

“Son diferentes, son de escuelas distintas. Yann es bien llevado a sus ideas, tiene marcada su filosofía de cocina. En el caso de la China, tiene un carácter muy fuerte, pero también tiene una templanza para liderar al grupo y se nota que los participantes la escuchan harto. Me gusta ver a las mujeres empoderadas en la cocina, ya que el rubro es bien machista lamentablemente”, admitió.

Por ahora, el talentoso cocinero se enfoca en su próximo objetivo: un curso de mixología, que comenzara a realizar durante octubre.

Quiero aprender coctelería, ya que es mi sueño tener un gastrobar, coctelería y cocina de autor, mezclar las dos aristas. Me gustaría tener mi restaurante, estoy esperando que me salga mi oportunidad de irme a trabajar afuera, lo estoy conversando, tramitando y apenas pueda, me voy a ir a España seguramente, durante 5 o 6 años”, dice con entusiasmo.

“A los 28 o 30 años espero poner mi restaurante y dejar bien puesto el nombre de mi país y hacer una cocina honesta, que me identifique y que le guste a la gente”, cierra Joaquín.