Hace días atrás Carla Zunino, realizó una potente reflexión sobre la lactancia materna, mientras celebraba los tres meses de vida de su pequeño hijo León.

“Después de intentarlo en muchas posiciones, de los pezones agrietados, del dolor, de conocer nuestros ritmos, aprender qué nos acomoda y superar dos mastitis, aquí estamos… 3 meses y ya no duele, ya no cuesta y nuestra lactancia va fluyendo y la disfrutamos”, sostuvo en esa instancia.

Es que amamantar al pequeño no ha sido un proceso fácil, pues según contó la periodista a LUN, hay una mirada muy romántica de la lactancia, pero no siempre es así.

“Es lo más maravilloso, un regalo de la naturaleza que es muy perfecto, pero tiene un lado B súper duro. A veces la lactancia duele mucho. Los primeros meses hay harto padecimiento, pero en general es un aprendizaje súper duro para llegar a un momento de disfrutarlo y fluir. A mí me sirvió harto hablar de mis penurias con mi hermana (Ornella) que está en las mismas”, contó.

Y es que tampoco es primera vez que Zunino presenta esta afección, pues con su primer hijo Facundo también presentó dos mastitis, por lo que ahora decidió de inmediato acudir al doctor.

“Antes dejé pasar mucho tiempo y tuve mucha fiebre, y lloraba por el temor de darle pecho, me torturaba. Recuerdo haber contado hasta 10 para prepararme antes de dar leche. Con León ha sido aprender de nuevo, encontrar bien la posición, pero igual tuve los pezones destruidos. Ahora sufrí el dolor, tuve mucha leche, pero no tenía el miedo a que se interrumpiera la lactancia porque sabía cómo manejarlo”, expresó.

Y añadió: “Esto es algo no muy visibilizado porque muchas mujeres se sienten juzgadas si no pueden darle leche a sus guaguas, pero hay casos donde las mujeres no pueden y eso no te hace mejor ni peor mamá”.

Sobre cómo está actualmente, Carla comentó que ya pasó el dolor pero “estoy con una crisis de lactancia, que es un momento donde las guaguas comienzan a pedir más y ponerse mañosas. La guagua ya está más experta y toma más corto, y una siente que si no toma tanto se queda con hambre y siente las pechugas más livianas, porque ahora el cuerpo produce leche cuando se la piden. He leído mucho sobre el tema”, dijo.

Consultada sobre los tips que le han funcionado, la periodista sostuvo que ha sido clave “usar un cojín de lactancia y una mecedora que me queda justa para el cojín y apoyar la espalda. El doctor me dio cremas de lanolina, también parches (de hidrogel) que se ponen en el refrigerador y te los pones fríos después de dar pecho y alivian mucho. Y cuando tuve los pezones muy mal usé pezoneras, que son protectoras de látex muy delgado que van encima del pezón”, dijo.