Por estos días, la teleserie Demente se prepara para su recta final, cuando los protagonistas han pasado más de un mes en la incansable búsqueda del pequeño Mateo, quien fue secuestrado el día en que se celebraba el aniversario de matrimonio de sus padres.

La investigación de la policía no ha logrado establecer al responsable de la desaparición del niño, pero siguen trabajando con la teoría de que se encuentra en el círculo íntimo de la familia.

En esa línea, quien parece estar viviendo una verdadera pesadilla es Teresa Betancourt, la madre de Mateo, quien además estaría escondiendo algunos secretos oscuros de su pasado.

Y paralelo a todo esto, se suman los sentimientos confusos que está teniendo por el subcomisario Gonzalo Leiva, quien ya le ha confesado abiertamente su interés romántico.

Teresa Betancourt
Captura | Mega

Sufrimiento de madre

En una reciente publicación en su cuenta de Instagram, la actriz Paz Bascuñán reflexionó sobre el papel que tuvo en esta teleserie nocturna (que terminó de grabarse hace un tiempo), y lo mucho que la afectó tanto física como psicológicamente.

De hecho, la intérprete de 46 años mostró una cruda imagen en la que aparece caracterizada como su personaje, pero dejando en evidencia los hematomas que le quedaron en los brazos tras las grabaciones.

“Me topo con esta imagen y alucino con la naturaleza de nuestro oficio. Por más que tu cabeza sepa que es ficción, tu cuerpo lo vive como real. Tan real que te quedan moretones de verdad y tu corazón se acelera realmente, y te salen lágrimas reales”, comenzó escribiendo.

Y añadió: “Se te aprieta el pecho y te duelen las escenas, porque interpretar el rol de una mujer que pierde un hijo ES doloroso, y también es real. Existe”.

Paz Bascuñán Teresa Demente
Instagram | @pazbascuactriz

Según detalló Paz Bascuñán, en la teleserie Demente abrió “una pequeña puerta por la que me asomé a mirar qué le puede pasar al cuerpo y al corazón de esa mamá“.

Por lo mismo, reveló que perdió peso, se le cayó el pelo y hasta tuvo insomnio. “Y eso que me asomé bien agarrada a la manilla, porque mi cabeza sabía que era una ficción”, explicó.

“Yo terminaba de grabar y me subía a mi bici y llegaba a mi casa a abrazar a mis críos”, finalizó, enviando sus respetos a todas aquellas madres que viven situaciones similares a las de Teresa Betancourt.