El actor Hernán Contreras conversó con el programa Reyes del Drama, conducido por los periodistas Jorge Sepúlveda y Víctor Schwencke, sobre su participación en diversas producciones audiovisuales.

Conocido por su participación en teleseries como Mamá Mechona, Pacto de Sangre y Yo soy Lorenzo, Hernán Contreras se ha destacado por tener una discreta pero promisoria carrera.

Ha destacado tanto en televisión como teatro con destacadas obras como Y un día Nico se fue, musical que protagonizó con Santiago Tupper.

La pandemia lo sorprendió grabando Yo soy Lorenzo de Mega, donde interpretó a Francisco Baeza, pareja de Lorenzo.

“La gente estaba como un poco desorientada, yo también. No sabía qué iba a pasar, cómo me iba a mantener”, comenta sobre sus constantes lives al inicio de la pandemia. “También aproveché de promocionar Helga y Flora, ya que Canal 13 no le hizo promoción, no la pescó nada”, manifiesta.

“Los actores vivimos en pandemia”

Sobre la difícil vida de ser actor en Chile, el actor recordó cuando se encontraba sin trabajo y tuvo que recurrir a trabajar armando casas pilotos.

“Es un ejemplo más de cómo es ser actor en Chile. De cómo vivimos la gran mayoría que tiene que trabajar en distintas cosas para poder tener un espacio para hacer teatro. El teatro cuesta que dé, fuera de pandemia. Siento que el actor y la actriz viven en pandemia, en esa inestabilidad de no saber qué va a pasar el mes siguiente, de no tener la oportunidad de hacer un casting para una teleserie o de estar en una película. Los que estamos instalados, porque me incluyo, en el medio, debemos empezar a abrir un poco la pega para los demás y que no se repitan los mismos de siempre”, asegura.

Contreras añade que “es un círculo cerrado. Sí o sí necesitas algún tipo de contacto o estar buscando, insistiendo. Es parte del trabajo. Es necesario un recambio. Abrir más”.

En este contexto señala que “hay tantos actores, actrices dando vuelta. De mi Escuela salieron como 60 y seremos como 12 los que estamos trabajando, los demás se dieron cuenta que no hay. Y se muere la pasión por el teatro. Sería bonito que no se repitieran tanto los actores”, reflexiona.