Un potente momento se vivió este miércoles en Mucho Gusto, que esta recopilando algunos testimonios de personas afectadas en la pandemia, y que se han visto impedidas de trabajar en sus locales.

En esta oportunidad una emprendedora del barrio Meiggs, Patricia, dio su crudo testimonio. Si en bien esta jubilada, debió abrir un local que vende artículos de fiesta para poder generar recursos.

El problema es que solo recibe una pensión de 250 mil pesos, y como es de renta vitalicia, no ha recibido ningún beneficio durante la pandemia. Sumado a esto, debido a la crisis sanitaria, su establecimiento ha permanecido cerrado por meses.

“Ha sido terrible, Santiago es la comuna que más ha estado en cuarentena, entonces tenemos que permanecer cerrados y yo vendo juguetes, artículos que no son de primera necesidad como alimentos”, partió contando esta mujer.

Y el problema no tan solo lo tiene ella, sino que también sus clientes que trabajan en ferias libres, ya que no le han podido comprar sus productos, así que están sin mercadería.

MEGA
MEGA

Crudo testimonio

Según explicó Patricia en el matinal de Mega, su hijo se convirtió en el pilar de la familia, ya que es el único con un ingreso en el hogar: “Nos hemos restringido en todo. Él nos ha ayudado en todo, su sueldo lo ha dedicado a la casa”.

Por ejemplo, esta madre explicó que tuvieron que cambiar sus hábitos de alimentación, como consumir menos carne y pasar a comprar solo fideos, arroz y garbanzos.

“No te queda otra, todo está carísimo, todo ha subido una enormidad. Antes comprabas cosas a $600, y ahora son mil pesos. Es terrible estar jubilada en este país. Yo armé este local sola con mi familia, sacrificando todo”, lanzó muy afectada.

“Llegar a viejo en este país es lo más denigrante que hay. Trabajé 16 años en oficina, luego empecé como vendedora en el barrio Meiggs para aumentar mis ingresos, y recién ahí pude arrendar un local. Ahora me cambié a este lugar y la municipalidad me ha puesto mil problemas”, detalló entre lágrimas.

De hecho, según contó Patricia el municipio le pidió construir una rampa en la entrada de su local, así que a la fecha no podido gestionar la patente comercial.

Si bien el hijo ha podido pagar todas las deudas, la constante incertidumbre de los ingresos en su hogar la tienen mal.

“No he podido dormir, me levanto a las 03 de la mañana preocupada. Mi hijo me llevó al neurólogo, y ahora tomo pastillas para poder dormir, para los mareos, antes no tenía nada de esto”, sentenció esta mujer, que impactó con su testimonio en Mucho Gusto.