El invitado de este miércoles en De tú a tú fue Fernando Solabarrieta y su pareja, la animadora Ivette Vergara, donde conversaron sobre cómo es su vida lejos de la televisión pública.

En ese sentido, el comentarista deportivo se refirió al vínculo que generó con TVN, señal en la que permaneció por más de 22 años y que dejó en 2015 para migrar a Mega, regresando en 2018 a la estación que lo vio crecer.

“Lo de TVN es una historia más profunda (…) Yo fui de los que me divertí mucho”, dijo, agregando que incluso su señora correteaba a sus amigos, hasta que entendió que la mala influencia era él. “Llegó un momento en que ya casado, con hijos, logré cambiarlo, pero no totalmente. Había siempre un momento en el año, en mi vida, donde yo pasaba el límite, me excedía (con el alcohol”, sostuvo.

Posteriormente, Solabarrieta se refirió al episodio cuando apareció en febrero de 2020 en pantalla presentando un extraño comportamiento, el cual se había producido luego de que ingiriera una gran cantidad de alcohol en horas previas a su aparición en el noticiero central, debido a una confusión.

Lo anterior, pues aseveró que era su último día antes de vacaciones, pero no recordó que ese viernes le tocaba salir en vivo, por lo que él ya estaba celebrando. “No debí haber ido. Salió todo mal. Cometí una inmensa irresponsabilidad. Me disculpé con un canal que adoro. Y en ese momento entendí que tenía un problema y que me tenía que hacer cargo de ese problema. Hacerme responsable de esa situación. A partir de ahí inicié un proceso de autoconocimiento, de reflexión”, dijo, agregando que pidió ayuda a su familia.

El cambio de Solabarrieta

“Soy la misma persona, uno no cambia totalmente, pero te das cuenta que hay cosas en tu vida que ya no son graciosas, que ya no son un carrete, son una irresponsabilidad, un exceso”, y añade que “lo que yo puedo entregar con mucha honestidad es un testimonio de que hay que hacerse cargo de esas cosas, no tenerles miedo, y trabajarlas en un proceso, sentarse y sacar tu mierda de adentro”.

Al mismo tiempo, precisó que “cuando uno llega a esos excesos es porque algo en tu vida está pasando y en algún momento te quieres anestesiar. Y una de las cosas que he aprendido es que yo no puedo lidiar con mi pena, me cuesta mucho y la bloqueo, la esquivo, la evado. Y cuando ya no puedo más con la pena, sin saberlo porque es un proceso inconsciente, llega el momento de anestesiarme”.

En la misma línea, el periodista comentó que se percató que es “un gran evasor de la pena, y hoy día la transito para que no se me acumule y salga con furia como un volcán a través del resto (y muestra un vaso)”.

“Es un trabajo largo, arduo, pero es hermoso. Es volver a reinventarte en la vida, simplemente trabajar en mí y hacerme responsable de mis cosas y no generar tristeza y dolor a la gente que tú quieres por alguna situación en donde no tengas control y excedas los límites y seas un pelotudo. No quiero más eso, me hacía mal”, concluyó.