En entrevista con Revista Velvet, Cristián de la Fuente abordó su vida en cuarentena y sin tapujos reveló que le asusta volver a lo que él llama “la jungla”, eso debido a que ha pasado gran parte de la pandemia junto a su familia en Vichuquén, en la región del Maule.

Respecto a los temas que lo han perseguido durante su existencia, Cristián de la Fuente afirmó que los arrastra desde su infancia. “Soy actor, porque necesito ser visto. Tengo que ser bueno en las cosas que hago, porque necesito la validación del resto, que no tuve cuando chico”, dijo.

“Todo tiene que estar ordenado, porque mi infancia fue muy desordenada y es la única forma que tengo de sentir las cosas bajo control”, detalló.

Además, confesó que  tiene anotada la agenda de su familia en colores, porque necesita saber en qué están, con eso siente que no las va a perder y no volverá a quedar solo.

Vida familiar

Frente a la idea de una infidelidad de su pareja, Angélica Castro, Cristián expresó que: “No le he preguntado nunca, ni le voy a preguntar, ni lo voy a investigar. Pero habría que definir qué es infidelidad”.

Sobre si él cometería un engaño, De la Fuente aseguró que “jamás. Lo que tengo que perder por una infidelidad es muy grande, sería perder a mi mujer, a mi hija, lo que hemos formado, y nos ha costado tanto. Creo que perderlo por una infidelidad sería una estupidez”.

Cristián asumió que lo más importante para él es su hija Laura. “Yo no tendría la relación que tengo, si yo no hubiese sentido qué era ser el segundo para mi mamá (su papá era el primero). El problema es que yo pensaba que eso era normal. Pero con ella sentí algo tan heavy, que ahí me di cuenta”.

“Somos el resultado del pasado. Trato de ser mejor papá que mis papás y la Angélica ha sido fundamental en esto y en simplificarme la vida. Ya juzgaré a mis papás. Aún no llego a ese punto. Algún día lo haré”, indicó.

Vida en modo COVID

Además, De la Fuente hizo su resumen de la cuarentena: “Jamás pensé que estaría donde estoy hoy, en un lugar raro. Llevo un año en pandemia, retirado de hábitos como viajar. Este ritmo de vida estaba pensado para los 70”.

“Pero me obligaron a entrar en pausa y me gustó. Tengo pena de tener que volver a la jungla. Me gustó estar todos los días en familia, ver estudiar a la Laura”, señaló.

Finalmente, el rostro de Velvet TV se autodefinió como “toc-borderline”, lo que explica sus temores. “Cuando era chico pensaba que era ordenado. Y cuando me casé con la Angélica caché que la vida era desordenada y yo la quería ordenada. Pero fue la única forma que yo creciera”.

Me di cuenta de que la falta de control me estaba desesperando. Y ahora puedo entender que esto de tratar de controlar y ordenar lo externo, es porque yo no tenía un control y orden interno en mi vida. No lo tuve nunca en mi vida”, cerró.