10 días en Miami estuvo Daniela Nicolás, en el marco del Miss Universo. Y fueron intensos, ya que en pocos días acumuló divertidas -y dolorosas- anécdotas tras su paso por el popular concurso de belleza.

La actriz, quien no logró acceder a la final del certamen, comenzó relatando la primera jornada, en donde tuvo que salir del paso con su peinado, de una forma muy creativa. Lo anterior, ya que su hermana, quien la acompañó y la ayudó con los preparativos, no puso los elementos necesarios.

“No me echó ni una base para la cara: puso un pijama, desodorante, cepillo de dientes y una tenida para estar en la pieza. Pensó que iba a estar todo el día encerrada por el COVID, pero al otro día tenía que salir“, comentó a Las Últimas Noticias.

El principal inconveniente es que no contaba con ondulador, pero su creatividad y el recuerdo de su madre, le permitieron salir adelante. “Agarré pañuelitos desechables y me enrollé el pelo, porque mi mamá me enseñó a hacerme rulos con papel de diario. Al día siguiente tenía rulos perfectos”, dijo Daniela.

Pero no sólo anécdotas vivió en Estados Unidos, ya que también sufrió dolorosos momentos. Eso le ocurrió cuando se preparaba para la entrevista personal.

“Con mi enfermedad (artritis reumatoide) a veces me pasa que se me caen las cosas de las manos, es como si fueran fideos por un rato y me estaba ondulando el pelo para la entrevista y me pasó eso. Me quemé la frente y un dedo que tengo súper quemado (…) Nadie se enteró. Si no andas con cara de víctima nadie se va a enterar que pasó algo malo”, reconoció.

Graciosa caída

Otro hilarante momento que protagonizó en tierras norteamericanas cuando grababa el backstage de una entrevista que la Miss Brasil brindaba para Telemundo. Esto, ya que el video se comenzó a reproducir, interfiriendo con la entrevista. Por lo mismo es que lanzó el teléfono por una abertura en la puerta, pero falló e hizo más ruido.

“Estaba histérica, así que pensé, mejor me voy de la sala, agarré el teléfono y salí, pero me tropecé con el vestido y caí afuera. Me dolió mal la rodilla, así que me quedé en el suelo para que se me pasara”, contó.

Fue aquí cuando la vio Paula Shugart, presidenta del Miss Universo, quien preguntó qué había pasado. Fue en ese momento cuando la chaperona de la sala dijo que había que detener la entrevista. “Estaban todas muertas de la risa”, sentenció.