Uno de los nueve hijos de Anita Alvarado es Felipe, de 28 años. Es ingeniero informático y se radicó en Australia hace cuatro años. Allí conoció a Natalia, una argentina residente en Sidney. Se enamoraron, y fruto de esa relación nació el pasado 25 de abril la pequeña Victoria.

“Cuando el Pipe me contó que iba a ser papá, yo quedé feliz. Lo tomé de forma súper positiva porque él tiene su vida resuelta: trabaja, estudia, es responsable. Estoy orgullosa de él y de Natalia”, comentó la llamada ‘geisha chilena’ en conversación con Las Últimas Noticias.

A su nuera, reveló, solo la conoce por videollamada, pues la distancia y la pandemia han impedido un encuentro en persona. De esa misma manera vio Anita por primera vez a su nieta. “Lo primero que me dio fueron ganas de llorar. Yo amo a los bebés. Quería puro besuquearla, regalonearla, darle unas palmadas en el traste de cariño… Para mí fue súper raro conocer a una nieta así”, aseguró.

“Los chilenos somos de tocar, de abrazar, de dar besos, de hacernos los payasos delante de los cabros chicos. Y todo eso no se puede ahora, porque estamos muy lejos”, lamentó también la exparticipante de programas como Fiebre de Baile y Amazonas.

No hay planes de viaje

La mujer de 48 años destacó en la entrevista que Angie, su hija mayor, también vive hace un tiempo en Australia, y que de hecho está a cinco minutos de su hermano, por lo que tiene la posibilidad de visitar a su sobrina y ayudar a la mamá primeriza.

“Los primeros días de madre son muy demandantes y fue parto por cesárea, que tiene una recuperación más lenta y dolorosa”, explicó Anita Alvarado, quien por desgracia no tiene planes de viajar al país donde nació Victoria.

“Si yo salgo para otro lado, salgo con toda la tropa. Nunca salgo de una ciudad sin mis hijos. No me gusta dejarlos solos, me angustia. Creo que a la mayoría de las mamás les pasa eso. No puedo irme 5 días a otro lado sin mis hijos, así que a pura videollamada por ahora“, explicó a LUN.

De todas maneras, mantiene la cercanía, pues dice que Felipe se contacta con ella todos los días, a pesar de la diferencia horaria. “Cuando allá es de día, acá es de noche, y él me va mostrando todo lo que está haciendo con mi nieta, los gestos que hace, todo. Yo le voy hablando siempre, y creo que eso es importante… Cuando la Victoria escuche mi voz, ya va a saber que soy la mami Anita“, concluyó.