El cocinero y emprendedor gastronómico Max Cabezón, fue uno de los invitados en el último episodio de La Divina Comida, emitido este sábado por Chilevisión.
Y aunque el exMasterChef no consiguió quedarse con el gran premio final, sí destacó entre sus colegas por su buen humor, relajo y simpatía, además de preparar sabrosos platillos.
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En ese contexto, también hubo un animalito que desde el comienzo del espacio llamó la atención; un loro que él bautizó como Enzo, y que conoció cuando salió de su local de pizzas cerca del parque Inés de Suárez en Providencia.
Según contó en el programa, el ave era muy pequeña y tenía una patita fracturada, por lo que el cocinero se conmovió, lo llevó a una clínica veterinaria y se hizo cargo de su recuperación.
Desde entonces fueron inseparables y así quedó demostrado en el programa cuando Max leías las invitaciones de sus colegas y Enzo lo acompañaba sobre su cabeza u hombros.
Lamentablemente, a mediados de marzo, la mascota de Max moriría frente a sus ojos, tras ser devorado por un aguilucho, según consignó Meganoticias.
“Salió y se posó sobre la copa de un árbol. Yo estaba grabando un video (llamándolo) y en eso un aguilucho se lo comió al frente de mis ojos. Quedé helado, súper triste“, relató el chef.
Para él, su partida fue algo que realmente lo marcó, pues aseguró que le dejó “una lista de enseñanzas: desde la compasión a encariñarme de nuevo con un animal. Me enseñó a sentir, a cambiar mis hábitos porque desde que llegó el Enzo nunca más se fumó en mi casa y siempre estaba todo más ordenado”.
El 14 de marzo, Cabezón compartió un video de su loro Enzo, a quien también le dedicó este reciente episodio de La Divina Comida.
