Álvaro Escobar fue el invitado de este martes en De tú a tú, donde habló con Martín Cárcamo de su carrera y también de este tiempo en cuarentena.

En este contexto, el animador confesó que ha pasado tiempos difíciles, ya que ha experimentado la soledad y eso ha sido doloroso, sobre todo porque ha estado lejos de su hija.

“Yo vivo solo. Pero no soy solo. Tengo una relación con mi hija Aurora, con quien tengo una relación habitual, continua. O la tenía, porque la pandemia la pilla a ella con 13 años. La adolescencia, en donde ella está en sus procesos, y para los adolescentes ya ha sido complicado”, partió comentando el actor.

Tras decir esto, Álvaro recordó que vive una situación especial, porque no es primera vez que debe pasar largo rato sin ver a su hija. Fue así como recordó los años que animó Rojo.

“A las 9 de la noche entregábamos a las noticias, o sea que yo llegaba a la casa a las 10. Aurora ya estaba durmiendo. O sea, desapareció de lo cotidiano, por eso fue tan complejo volver a renovar ese contrato”, detalló el animador.

Y junto con esto, explicó que vive constantemente un sentimiento ‘muy contradictorio’: “Yo le hago compañía a mucha gente, todos los días a través de la radio. Técnicamente, estoy súper conectado, pero estoy solo. Y cuando estaba en teletrabajo, era ‘no, por favor'”.

Su relación con su hija

Fue a partir de esto que Álvaro Escobar habló del importante proceso en su vida, que le significó ser padre a los 40 años.

“En alguna parte estaba en plan. Aurora aparece. Yo tengo evidencia de que hay algo que nos trasciende y que quiere algo bueno para nosotros, y la evidencia de eso es Aurora”, comentó el invitado en De tú a tú.

Álvaro además explicó que la paternidad “aparece un sentido muy bonito de la vida, que es cuando desaparece uno como centro del universo, y todo lo que haces tiene un sentido que va más allá de ti. Aunque ella quisiera yo voy a dejar de estar presente en su vida. Aun cuando sea un pensamiento, en un buen deseo. Todo lo que yo haga tiene que ver con ella, mi preocupación, mi atención está en esa vida”.

“No pongo límites porque no ha sido necesario. No recuerdo haber castigado. Trato de dialogar, de que vea un ejemplo porque yo mismo, por la experiencia que yo tuve, valoraba más ver en mis padres ese ejemplo que me lo dijeran y que en los hechos no calzara”, sentenció.