Un gran fenómeno se convirtió la cinta chilena El Agente Topo, la cual a mediados de febrero llegó a Netflix y que debido a una innovadora propuesta, ha sido aplaudida tanto por la audiencia como la crítica. Esto la llevó a ser nominada al Óscar como Mejor Largometraje Documental.

Esta historia relata como Rómulo Aitken, un detective privado, contrata a Sergio Chamy, de 83 años, para que se infiltre durante tres meses en un hogar para personas mayores con la finalidad de que investigue el estado de salud de una residente, luego que una clienta tuviera dudas de que su madre fuera maltratada en dicho lugar.

Luego de un entrenamiento, el protagonista de este relato, comenzó a realizar su misión, donde poco a poco descubre que los residentes tienen un buen pasar, cuestionando a la persona que contrató sus servicios, ya que nunca iba a visitar a su familiar.

El film fue grabado en el Hogar de Ancianos San Francisco de El Monte, en la Provincia de Talagante, el cual actualmente está pasando difíciles problemas.

Es así como registró un reportaje de Canal 13, en donde mostró como el recinto ha sido golpeado por la crisis sanitaria y la falta de recursos.

“Fallecieron muchos aquí. Varios de ellos salían en la película. Y también les afectó a ellos (la pandemia), que eran súper autovalentes, hoy en día dependen mucho de nosotros”, contó Jessica Bravo, cuidadora del hogar.

Mientras tanto, Rodrigo Apablaza, Director subrogante, manifestó que debido al complejo momento económico, están abiertos a que terceros puedan ayudar en “la alimentación de los residentes es fruta, verduras, todo lo que tenga que ver con alimentos siempre es bienvenido. Obviamente también los recursos monetarios”.

“Tienen problemas con el agua, y yo que baño a los abuelos, encuentro que es lo que más necesitamos. Ellos siempre tienen que bañarse con agua calentita y tenemos que arreglarnos, de una u otra forma, para bañarlos con su agua calentita”, complementó Bravo.

Cabe destacar que desde el lanzamiento del film, la gente ha demostrado su apoyo a los residentes del hogar llevándoles obsequios y muestras de cariño, dejando claro que la película de Maite Alberti, caló hondo en la sociedad chilena.