47 años han transcurrido desde el estreno de unas de las películas de terror más exitosas y espeluznantes. Se trata de El Exorcista, cinta protagonizada por Linda Blair y Jason Miller.

Aunque no lo creas, la historia que le provocó pesadillas a muchos espectadores, está inspirada en un hecho real.

El origen de este caso se remonta a 1949, cuando William Peter Blatty, autor del libro en el que se basa la película, leyó en el diario Washington Post el titular: “Un sacerdote libera a un joven de las garras del demonio”.

Washington Post
Washington Post

En ese entonces, el escritor era solo un estudiante universitario en la ciudad de Georgetown, y a pesar de que la noticia llamó su atención, no fue hasta dos décadas después cuando decidió investigar al respecto.

Convertido en guionista cinematográfico, William Peter Blatty se obsesionó con el tema, e indagó en todo lo relacionado con exorcismos y demonios.

Sin embargo, debido a los años que habían transcurrido desde aquel caso, el escritor optó por el género de ficción, y publicó la historia de Regan MacNeil en 1971, la cual más tarde fue llevada a la pantalla grande.

El caso real

Según revelaron las crónicas de aquel momento, un niño apodado como Roland Doe, que vivía en el condado de Prince George, al este de Washington, comenzó a presentar extraños comportamientos tras la muerte de una mujer de su familia que se dedicaba al espiritismo.

Washington Post

Asimismo, de acuerdo a la versión de los padres del niño recogida por el Washington Post, una noche la cama del pequeño comenzó a temblar violentamente, los muebles se movieron por la habitación y se escucharon ruidos de arañazos en las paredes.

Tras evaluar a Roland en el Hospital de la Universidad de Georgetown, sus padres acudieron a la parroquia de St. James de Maryland, para conversar con el reverendo Albert Hughes.

Luego de pasar dos meses junto al afectado y analizar su comportamiento, el sacerdote católico dijo que creía que el niño estaba poseído y pidió permiso al arzobispo de Washington para comenzar el rito del exorcismo.

De ese modo, según informó el diario de la época, los sacerdotes William Bowdern y Raymond Bishop, junto con al menos otros seis jesuitas, participaron en el exorcismo de Roland Doe, el cual fue realizado en gran parte en la habitación del segundo piso de la casa.

“En el transcurso de la Letanía (oración a Dios), el colchón comenzó a temblar. (Roland) estaba despierto. El temblor cesó cuando el padre Bowdern bendijo la cama con agua bendita. Las oraciones del exorcismo continuaron y (Roland) fue apresado violentamente por lo que comenzó a forcejear con su almohada y la ropa de cama. Tres hombres tuvieron que sujetar los brazos, las piernas y la cabeza (de Roland)”, detalló Bishop en su diario donde llevaba registros del caso.

The Exorcist
The Exorcist

Otros archivos guardados por la Biblioteca Conmemorativa Pius XII de la Universidad de St. Louis, precisan que el cuerpo del niño presentaba rasguños y marcas en su piel.

La palabra ‘Hola’ estaba impresa en su pecho y muslo (…) Más tarde aparecieron rasguños desde las caderas de (Roland) hasta los tobillos en líneas gruesas, aparentemente como una protesta a la Sagrada Comunión“, indica la nota fechada el 11 de abril de 1949.

Luego de la última etapa del ritual, según detalla el diario de la época, el niño se quedó quieto y, desde entonces, sus comportamientos extraños desaparecieron.

Fue así como Roland volvió a ser un niño normal, y años más tarde le escribió al sacerdote una carta de agradecimiento, contándole sobre su nueva vida. Luego asistió a una escuela religiosa y se convirtió en un católico devoto. Se casó y tuvo tres hijos, según consigna el diario electrónico The Mirror.

Si bien la historia parece ser muy atractiva para el género de terror, existen muchas teorías sobre lo que realmente sucedió. Aquellos que han leído los documentos, dicen que probablemente era un niño profundamente perturbado que necesitaba ayuda psiquiátrica. Aún así, otros creen que fue un caso de posesión.