Los fanáticos del cine de terror esperan con ansias la tercera entrega de El Conjuro, cuyo estreno estaba programado para el 11 de septiembre de 2020. Sin embargo, debido a la pandemia fue reprogramado para el 4 de junio de este año.

Se trata de a El Conjuro 3: el Diablo me obligó a hacerlo , cuya trama se basa en uno de los casos más controversiales investigados por Ed y Lorraine Warren.

En esta nueva cinta, se muestra el caso real de Arne Cheyne Johnson, joven de 19 años acusado de asesinar a Alan Bono (49). El hecho se registró en 1981, en la localidad de Brookfield, Connecticut, Estados Unidos.

La víctima fue apuñalada varias veces en el pecho y el estómago. Su cuerpo quedó en el césped de su casa a las 18:30 horas del 16 de febrero de 1981. Un hora después, la policía arrestó a Johnson, quien fue descrito como un hombre pequeño, rubio y de piel clara, según consigna el diario local de Connecticut, Hartford Courant.

Los primeros antecedentes revelaron que el crimen ocurrió tras una supuesta discusión por la novia de Johnson, Deborah Glatzel. En ese momento el sujeto habría apuñalado a sangre fría a Bono.

“El diablo me obligó a hacerlo”

Si bien parecía ser un homicidio más dentro de una larga lista de investigaciones, las cosas cambiaron cuando el acusado declaró a la policía que “el diablo lo había obligado a hacerlo”.

De ese modo, con la ayuda de dos investigadores paranormales (los Warren), los abogados de Johnson argumentaron que su cliente estaba bajo un “posesión demoníaca” cuando cometió el crimen.

Archivo
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“Los tribunales se han ocupado de la existencia de Dios. Ahora van a tener que lidiar con la existencia del diablo“, indicó el abogado de Johnson, Martin Minnellam, en ese entonces.

Asimismo, los Warren le dijeron a la policía que desde julio de 1980, Johnson había participado en al menos tres exorcismos que involucraban al hermano de su novia, David, de 11 años, quien supuestamente había estado poseído por 43 demonios.

“Mientras Ed entrevistó al niño, vi una forma negra y brumosa junto a él, lo que me dijo que estábamos lidiando con algo de naturaleza negativa. Pronto, el niño se estaba quejando de que unas manos invisibles lo estaban asfixiando y tenía marcas rojas. Dijo que tenía la sensación de haber sido golpeado“, declaró Lorraine Warren a la revista People en los 80.

Según los antecedentes presentados por los investigadores paranormales a la policía, durante uno de los exorcismos, “Johnson se levantó de un salto y le gritó al demonio: ‘Entra en mí, lucharé contigo, entra en mí'”, informó el diario The Courant el 27 de febrero de 1981. “Desde esa ocasión, estaba poseído”, dijeron.

Como era de esperarse, la policía ignoró los antecedentes. No obstante, tiempo después se reveló que asignaron a un sacerdote para investigar al acusado. Cabe señalar que esta era la primera vez que la diócesis asignaba a alguien para indagar en una “posesión demoniaca”.

Archivo | Diario Courant

Un polémico juicio

Considerando los antecedentes paranormales que manejaba y con la ayuda de los Warren, Minnella planeó seguir una defensa basada en la “posesión demoníaca”, la cual fue ampliamente publicitada.

En ese entonces el abogado señaló que esperaba poder citar a los sacerdotes involucrados en el exorcismo, y que hablaran sobre los ritos. Sin duda, algo nunca antes visto en un juicio.

No obstante, a medida que el caso avanzaba, los Warren y Minnella recibieron críticas de sus compañeros, quienes dijeron que estaban involucrados en la defensa para ganar publicidad.

Aún así, reporteros y creyentes de lo sobrenatural viajaron hasta Connecticut para presenciar el denominado “juicio por asesinato del demonio”.

Minnella, quien ha dicho públicamente que probará que los demonios existen, planea traer a la evidencia cintas de los ritos (del exorcismo) y el desafío de Johnson, e interrogar a los sacerdotes que participaron”, escribió el reportero John B. Harris en el artículo publicado el 26 de octubre de 1981.

Captura Youtube
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“Argumentos planeados”

Sin embargo, tanta expectación no sirvió para nada. Esto porque al comienzo del juicio realizado el 1 de noviembre de 1981, el juez de la Corte Superior Robert J. Callahan, dijo que no escucharía los argumentos planeados por Minnella sobre el “trabajo” del diablo.

“No voy a permitir la defensa de la posesión demoníaca, punto. (Minnella) sabe que no es una defensa legal y considero que la evidencia es irrelevante, indemostrable e innecesariamente confusa para un jurado“, declaró el juez.

Dejando de lado los argumentos del abogado, tanto el fiscal Walter D. Flanagan, como la policía, se apegaron a su simple explicación: Bono había hecho un comentario obsceno sobre la novia de Johnson, y ambos se pelaron hasta que el primero terminó apuñalado.

Si bien nunca se estableció un móvil del crimen, el persecutor dijo que Johnson “hizo lo que quería hacer” cuando apuñaló a Bono. Eso considerando la profundidad de las puñaladas.

Cabe señalar que Minnella juró apelar alegando que se le prohibió usar la defensa demoníaca, pero nunca lo hizo.

Finalmente Johnson fue sentenciado a 20 años de cárcel el 18 de diciembre de 1981. Sin embargo, fue puesto en libertad por buena conducta, después de cumplir poco más de cuatro años en el Instituto Correccional de Connecticut en Somers.