El personaje del actor Emilio Edwards en Verdades Ocultas, Nicolás, fue uno de los que dijo adiós tras el salto de 25 años.

Recordemos que el amigo de Tomás estuvo al borde de la muerte después de recibir un disparo de Eliana, que estaba dirigido al rol de Matías Oviedo.

En conversación con Tiempo X, Edwards expresó que se siente agradecido de haber participado en la producción de Mega.

“Me nutrió mucho como actor, porque me permitió tener la experiencia de un personaje de largo aliento, un personaje que tiene historia, que tiene pasado, el cual compartí con la audiencia”, comentó el intérprete.

Con respecto a los sentimientos que tuvo Nicolás hacia Tomás, destacó que “esto se trató de una manera muy sutil y profunda, porque no era sencillamente que a él ahora le gustaban los hombres. Se enamoró, exclusivamente, de su amigo. Y no tenía que ver con que era hombre o mujer. Es que se enamoró de él y de alguna manera se dio cuenta y lo asumió”.

¿Su rol quedó en el aire?

A juicio de Emilio, lo que pasó con Nicolás ‘quedó suspendido en el aire’: “Nicolás existe en los 25 años más, pero no se ve, no está presente. Hay decisiones de producción que son así y uno las entiende”.

“Me hubiera gustado que fuera distinto. Sin duda me encantaría haber sabido qué hubiera pasado, haber tenido un personaje en el salto temporal, pero mi hija era mujer (Sofía). Quizás pude haber tenido un hijo perdido por ahí, con alguna de las pololas de Nicolás. Uno nunca sabe. Más de una persona me lo propuso”, comentó entre risas.

A su vez, declaró que no sabe qué pasó con Nicolás en el salto temporal: “En una teleserie se deben tomar decisiones y me imagino que, como guionistas, no se pueden cubrir todas las aristas, porque se debe, de alguna manera, dirigir a ciertos lugares. Pasan 25 años y hay que hacerse cargo de las personas. Quizás no alcanzó o no tuvo la importancia que hoy en día la necesita”.

Pese a ello, el actor dio a conocer su teoría sobre lo que pudo haber pasado con su rol: “Nicolás montó su propio restaurant, se distanció, quizás, de Tomás o aceptó una amistad, pero de alguna manera no se pudo llevar a cabo una relación entre ellos. Él armó su restaurant, su línea, su gente, su equipo… A su hija la ayuda en su educación, su crecimiento. 25 años después, él está viviendo en la playa, en una sucursal de su nuevo restaurant, en una playa del sector del litoral central y vive feliz con su perro y practica el poliamor”, cerro Edwards.