Este lunes periodistas de La Voz De Los Que Sobran, medio que es propiedad de Alejandra Valle, Mauricio Jürgensen, Daniel Stingo y Francisca Quiroga, presentaron una renuncia colectiva y emitieron una declaración pública revelando sus razones.

Se trata de cinco profesionales del área de Crónicas y Reportaje, el cual es un equipo distinto al que sostiene al matinal. Según aclararon en el comunicado, es Quiroga quien “lleva la dirección de las pautas y la relación con los periodistas, labor que en ocasiones compartía con Alejandra Valle”.

Las razones

El texto señala los periodistas trabajaron “durante ocho meses, sin contrato ni pago de cotizaciones” y que les constaba que su editora, quien también renunció, le pidió en varias ocasiones a Francisca Quiroga regularizar su situación y la de los periodistas.

Los periodistas indicaron que “se hicieron promesas y se entregaron fechas tentativas (junio, noviembre, diciembre)”. Sin embargo el contrato nunca llegó para ninguno de ellos.

“El no pago de cotizaciones demuestra el alto nivel de vulnerabilidad en la que se encontraba la editora, los periodistas titulares y colaboradores. Consideramos que esto es una falta grave al ejercicio de la profesión y no podemos seguir normalizado esta figura por falta de oportunidades laborales. La explotación lamentablemente se convirtió en un negocio para los medios de comunicación”, indicaron.

También acusaron que no tenían horarios definidos y que terminaron trabajando 24/7, “sin que se respetaran momentos de descanso, ni siquiera los fines de semana”. De hecho, aseguraron que hace una semana la editora tuvo que solicitar que no se le escribiera a los periodistas “durante el fin de semana, que se redujera la carga laboral y que no se usara a los alumnos en práctica sin inducción para suplir la falta de profesionales. Nos consta que ellos también asumieron cargas laborales exigentes y que eso generó alerta en el equipo”.

“En enero el desgaste del equipo se hizo evidente, mientras desde la dirección solo se pedía más visitas y más golpes periodísticos, casi todos los días. Los reportajes eran escritos hasta altas horas de la noche y nos exigían entregar una portada diaria”, relataron.

De acuerdo a los profesionales, “los evidentes signos de agotamiento y estrés en ningún momento fueron considerados relevantes para la dirección, pese a las alertas y advertencias de nuestra editora, quien nos consta tuvo varias discusiones para cambiar la situación y también terminó con un alto grado de estrés”.

“Lamentablemente vimos que, cuando no existen reglas claras respecto a las tareas o carga laboral, se convive con la incertidumbre, así el empleador continuamente agrega funciones y trabajos extras con total impunidad, en este caso bajo el pretexto de sumar la mayor cantidad de visitas posibles o la manida frase “colocarse la camiseta por la empresa”. De esta forma se pone en juego no solo la precarización, sino también la calidad final del producto periodístico“, afirmaron.

“La gota que rebalsó el vaso”

En el comunicado, los profesionales indicaron que la gota que rebalsó el vaso “fue un enfrentamiento con el directorio por una situación que consideramos atentó contra la lealtad y la ética periodística al interior del mismo medio”.

“Sobre esto preferimos no profundizar, pero fue informado a los directores buscando una solución, al igual que todas las situaciones anteriormente descritas”, señalaron.

El equipo concluyó el documento con una reflexión. “Vemos con preocupación que estas prácticas abusivas dan cuenta de que la labor de los periodistas no es valorada en un momento clave donde el ejercicio de la profesión se ha hecho tan necesario en medio del contexto de crisis y las vulneraciones graves que hemos vivido tras el estallido social y el arribo de la pandemia.
Sin nosotros no hay noticias, no hay medios y no hay periodismo”, puntualizaron.

Cabe mencionar que Página 7 se contactó con Alejandra Valle para conocer sus impresiones y comunicó que junto a Mauricio Jürgensen y Daniel Stingo se referirán a lo ocurrido en su programa.