Un gran logro obtuvo Jorge ‘Kike’ Acuña en su formación, el que dio a conocer este lunes a través de su perfil de Instagram.

El exfutbolista anunció que se tituló como Técnico de Fútbol en el Instituto Nacional del Fútbol, Deporte y Actividad Física (INAF).

El exchico reality aprobó con nota 6.3, lo que le permitió obtener distinción máxima. En tanto, en su defensa -que realizó por Zoom- fue calificado con un 6.7.

“Uno de los mejores días, titulado como técnico profesional, un gran paso que sin duda será el inicio de una hermosa historia. Kike Acuña DT”, escribió en su cuenta.

Tres años de esfuerzo

Según contó unas horas antes de esta publicación, esperó tres años para este importante día: “Mucho esfuerzo, sacrificio, perseverancia, nunca darme por vencido, crecí mucho como persona y profesional”.

A su vez, reconoció que estaba muy nervioso a solo horas de su defensa, la que le permitiría finalmente obtener su anhelado título para desempeñarse como técnico de fútbol.

El ayudante técnico de San Felipe comentó a Las Últimas Noticias que tras la defensa se puso a llorar: “Se me cayeron las lágrimas de emoción, de orgullo de mí mismo. Mis profesores, Waldo Balaguer, Julio Rodríguez y Eduardo Norambuena, estaban muy felices porque saben todo lo que me costó al principio y sabían que era un logro muy importante el haber llegado a presentar mi portafolio final”.

Kike explicó esta emoción porque “después de que nacieron mis hijos y cumplí el sueño de ser futbolista, logré lo tercero más importante para mí en toda mi vida. Amo el fútbol y quería tener el título para poder estar dentro de una cancha”.

Acuña recordó que “cuando empecé el curso, hace tres años, hubo mucha gente que pensaba que no lo iba a lograr. En ese momento aún no cambiaba mi vida, pero desde 2019 soy otra persona y me empezó a salir todo bien. Entonces, si bien no es un tapa boca, puedo decir que le doblé la mano al destino y sigo haciendo realidad mis sueños a punta de esfuerzo”.

El exfutbolista comentó que estos tres años fueron complicados, “porque nunca fui bueno para los estudios y había estado mucho tiempo sin estudiar. Además que tampoco estaba tan convencido de que lo iba a lograr, pero desde el segundo año se me hizo más fácil. Comencé a sentarme adelante, porque soy medio desconcentrado y así podía tomar más atención, pero todo salió bien al final”.