Este año Jordi Castell dio un gran paso en redes sociales al atreverse a tener su propio programa en la revista Velvet, El Aperitivo, donde ha tenido a importantes invitados.

Sin embargo, y pese a lo que se podría creer, el fotógrafo no tiene ninguna intención de trasladar este formato a la pantalla abierta, la cual asegura no ve “hace cuatro años”.

“Me han invitado mucho a programas de televisión este año, pero a mí no me conviene ir en este minuto”, dijo para asegurar que asistir a dichos espacios “no es rentable. Lo que pagan da para la risa y muchas veces es menos de lo que yo cobro por un posteo mío en Instagram. Y tampoco me da confianza ir a un programa. Pfff… ¿para qué? ¿Para que me repitan un montón de veces sin pagarme?”, sostuvo en conversación con LUN.

En ese sentido, Castell aseguró que “han repetido muchas veces el capítulo de La Divina comida. No importan que no me paguen, pero me parece demasiado precario a nivel comunicacional. A pesar de que entiendo que no tienen recursos para contenidos nuevos, dale programación al adulto mayor o a los niños, si hay tantas familias que no tienen plata para pagar Netflix o esas cosas”, comentó.

Por lo anterior, este manifestó que se ha desencantado del mundo televisivo. “Me di cuenta que las redes sociales son mucho más rentables que la TV y que la relación que tengo con el público es sin filtro. ¡Me fascina! Instagram lo bueno que tiene que es orgánico y no hay edición”, precisó.

Marcas en redes

Es que Jordi ha sabido trabajar con diferentes empresas a través de sus redes sociales, las cuales también ha utilizado para dar visibilidad a emprendedores en este último periodo.

“Cuatro son contratos anuales, otras son semestrales y bueno siempre he abierto mis redes sociales desde el primer día de la cuarentena para que emprendedores puedan mostrar su trabajo. Es lo mínimo que puedo hacer”, sostuvo.

De hecho, hace solo unas semanas comentó que estaba “viviendo el mejor momento” de su carrera, situación que reafirmó en conversación con el citado medio.

“A nivel comunicacional es un lujo. Es un lenguaje mucho más directo y el feedback de la audiencia es inmediato. No me siento con la autoridad para vaticinar lo que sucederá en el futuro, pero yo desde que volví de Chicago hace cuatro años decidí no ver más tele abierta en mi casa. A pesar de que en esa época trabajaba en la tele, sentía que era un lenguaje y un código que no tenía nada que ver con mi vida, mis parámetros o valores. Lo que hace Instagram es no subestimar a la gente y es poco pretencioso”, cerró.