Fue a mediados de 2017 que Camilo Castaldi, más conocido como Tea Time, estuvo en las portadas de todos los medios, debido a una demanda por violencia interpuesta por su expareja.

Sin embargo, un año después la demandante solicitó suspender de manera condicional el proceso, por lo que el músico fue sobreseído. Desde entonces mantuvo una vida bajo perfil, donde aprovechó el tiempo para dejar su adicción a las drogas.

Ahora está dedicado a la música electrónica, de hecho, consiguió trabajo en la discográfica independiente Púrpura Records.

“En el mundo de la música este es un problema muy común. ¿Si consumo algo ahora? En ocasiones fumo algo, pero no me gusta hablar de este tema porque tengo un hijo y es mi vida privada. Pero me limpié”, aseveró en conversación con el diario La Tercera.

Durante estos meses, entre el periodo que permaneció bajo perfil por la denuncia y el confinamiento, Tea Time reconoce que la relación cambió con sus compañeros de Los Tetas. Con Rulo al parecer seguiría la relación, pero con C-Funk habría distancia.

Volvió a los escenarios

Por otro lado, el cantante también asegura que no ha tenido problemas cuando sale a caminar: “Las mujeres en la calle me tienen buena. Te diría que el 98% de la gente es buena onda. Peor lo pasan los taxistas, los micreros, que les gritan todo el día. Es difícil salir de este tema porque te estigmatizan, pero salió todo bien, se retiraron todos los cargos”.

“He tenido muchas pololas que me quieren, la madre de mi hijo salió a defenderme desde el primer momento. Dentro de todo lo que ha pasado, han sucedido cosas buenas. Antes era más inseguro y buscaba mucha aprobación. Ahora tengo más cuero de chancho y más humor”, agregó el artista.

Durante todo este tiempo, Tea Time se mantuvo en la casa de su mamá y viviendo de los ingresos que le dejaban los derechos autorales. Fue recién el viernes 04 pasado, que pudo volver a los escenarios en un show al aire libre en el Barrio Bellavista.

“Al vivir con mi mamá tengo techo, comida y tiempo para la música. Y los derechos autorales dan para vivir. En todo caso, no me quejo. Es la realidad de los músicos en Chile”, sentenció.