María Gracia Omegna conversó con el podcast Impacto en el Rostro, en donde repasó su experiencia en teleseries nacionales. Y una de las producciones que protagonizó fue Dama y Obrero, lanzada en 2012 y que actualmente TVN se encuentra reestrenando.
Allí la actriz interpretó a Ignacia Villavicencio, quien, siendo ingeniera de una obra, vivía un romance con Julio (Francisco Pérez-Bannen), uno de los trabajadores.
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Omegna reconoce que cuando le dijeron que encabezaría una producción diurna, no le gustó mucho la idea. “Que te mandaran a las 3 de la tarde, a una productora externa, uno lo veía como el castigo”, partió contando en la entrevista.
“Cuando me dijeron que haría la teleserie de las 3 de la tarde, sentía y me llegaban condolencias de mis compañeros. Era como ‘oh, te tocó, qué lata. Pobre’. Me empezó a importar más mientras observaba las reacciones del resto que lo que me importó en un inicio”, afirmó María Gracia.
“Era una lata irse del canal, donde tenías todas las comodidades para grabar y quedaba más accesible para tu casa, a una productora que quedaba en Independencia o Recoleta. Era súper guerrillero todo (…) había ciertas condiciones laborales para mí o mis compañeros técnicos o actores que no eran las más adecuadas. Fue súper duro”, recordó.
No todo fue malo…
Omegna contó que a pesar de las dificultades que representó el desafío en un comienzo, la sorprendió el éxito que tuvo Dama y Obrero.
“Nunca he estado, hasta el momento, en una teleserie tan exitosa. A mí nunca me ha agobiado mucho el que te saluden en la calle, entiendo que es parte de la ecuación y a pesar que a veces uno no tiene ganas, me entrego a la ecuación, porque es una decisión que yo tomé”, comentó.
Pero lo anterior se intensificó con esta producción. “Recuerdo haberme quedado mucho más dentro de mi casa, me agobiaba salir, porque era demasiada la gente encima. Todo el mundo veía esa teleserie”, manifestó la artista.
Por último, dijo que si bien pasó de ser “lo peor que podía pasar” a ser una “experienca increíble”, cerró.
