Más de una treintena de teleseries, películas, teatro y hasta fotonovelas son parte de las casi seis décadas de trayectoria de este icónico actor nacional, Eduardo Barril.

Su última aparición fue en la teleserie Graduados de Chilevisión en el año 2013. Desde esa fecha no lo hemos vuelto a ver en pantalla, pero continúa activo escribiendo y participando de diversas producciones audiovisuales. Hace pocos días, estuvo participando en la grabación de un teaser para una película junto a la actriz Bárbara Ruiz-Tagle.

Barril, nacido en Puerto Montt hace 79 años, conversó en exclusiva con el podcast Reyes del Drama, donde reafirmó su amor por la actuación y realizó un repaso por su extensa carrera.

Además, recordó sus inicios como actor, los cuales no fueron fáciles, porque su padre decidió quitarle toda la ayuda económica al descubrir que no estudiaba periodismo, sino que actuación en la Universidad de Chile.

“Me las arreglé igual, vendiendo libros, haciendo clases, etc. No me quejo”, asegura.

Las teleseries de antaño

“Una escena de las teleseries de antes estaba en tres o cuatro páginas. Ahora en una página te caben hasta tres escenas”, expresa Eduardo sobre las profundas diferencias en los guiones de las teleseries actuales versus las que escribía Nestor Castagno, Sergio Vodanovic o Arturo Moya-Grau.

Además, aprovechó de analizar la influencia de las teleseries y cómo penetraban en el público. Recordó una situación que le ocurrió mientras subía el Cerro San Cristóbal en la época cuando le tocó interpretar a uno de los villanos y posibles violadores del personaje de Yael Unger, en la teleserie La Noche del Cobarde que emitió Canal 13 en el año 1983: “Una vez tuve que arrancar porque la gente me perseguía tirándome piedras y me gritaban violador”, señaló.

Eduardo Barril y su distanciamiento de la TV
Captura | Reyes del drama

“El área dramática de TVN fue farreada”

Eduardo inició su carrera televisiva en Canal 13, con la teleserie Casagrande (1981) que co-protagonizó junto a Virginia Fisher, Luis Alarcón y Shlomit Baytelman.

Luego, desde el año 1985 hasta el 2004 fue parte del área dramática de TVN, donde “Humberto Rivarosa”, rol que personificó en la teleserie Ámame de 1993, es su personaje favorito de los que la ha tocado interpretar.

“Es un personaje que se da cuenta de que la vida es mejor cuando se comparte. Deja grandes enseñanzas porque es un gran empresario que se convierte en un filántropo. Era cercano a la gente. Es lo que para mí es lo ideal de cómo debería ser una persona”, expresó sobre la primera teleserie dirigida por María Eugenia Rencoret.

Eduardo Barril en teleserie Ámame
Eduardo Barril en teleserie Ámame

Una dupla que repitió bastante en su carrera es la que hacía con Delfina Guzmán en teleserie como Iorana, La Fiera y El Circo de las Montini: “Muy agradable, era jugar todo el rato. Muy cómplices éramos. Lamentablemente, ahora nos contactamos poco y nada, lamentablemente”, cuenta.

Respecto a colegas con los que sí tiene contacto regular menciona a Pancho Reyes, Néstor Cantillana y Álvaro Espinoza.

Al consultarle por la diferencia respecto a las producciones de Sabatini versus las de Rencoret, el actor comenta: “Sabatini es irremplazable. Creó un mundo, una cosa gigante. El área dramática de TVN de esa época fue farreada. La dupla increíble que hacía con Pablo Ávila. Eran imbatibles. Tuvimos muy buen trato todos los actores, era un gusto trabajar. El contenido decía cosas. Qué suerte haber estado con ese grupo de actores”, analizó.

“Los puestos de arriba, los gerentes, los que no se acercan a la trinchera donde suceden las cosas son el problema. Sabatini y Ávila estaban ahí con nosotros siempre”, precisó Barril sobre el declive del área dramática de TVN. “No conocen los materiales con que trabajan, se producen improvisaciones. Exceso de carga de trabajo para apretar los tiempos”.

Alzheimer

Haciendo un repaso por su carrera, surgió en la conversación su compañera en Romané, la actriz Violeta Vidaurre, quien fue su esposa en la teleserie y actualmente se encuentra recluida en un hogar de ancianos producto del alzheimer que la aqueja.

Un destino similar al que tuvo uno de sus grandes amigos, el fallecido Marcelo Romo. “Es terrorífico. Es muy doloroso. Me ha tocado ir a ver a colegas que han estado con alzheimer y uno sale muerto (de pena). Que no te conozcan… te daña mucho ver cómo están, entonces es mejor no ir. Es fregado”, señala con profunda emoción. “Es una enfermedad del diablo. Prefiero no ir a verlos, respeto esa ausencia”, asegura.

Su alejamiento de la TV

Sobre su alejamiento de las teleseries, el actor comentó que con el pasar del tiempo y el fin de la época de oro de las teleseries de TVN lideradas por Sabatini, las producciones dramáticas se convirtieron en una fábrica de salchichas.

“El camarín dejó de ser el camarín que era antes. Para mí y para todos los colegas era una prolongación del camarín del teatro, se generaban grandes proyectos porque había conversación entre nosotros. Ahora ya no hay diálogo”, reflexiona.

Sumado a esta situación, el destacado actor nacional comentó una difícil situación que vivió hace un par de años en un área dramática “que no era ni el 13, ni TVN”, que fue clave en su decisión de alejarse de la televisión.

Eduardo Barril en Graduados
Eduardo Barril en Graduados

“No pude resistir. Nadie hablaba con nadie, todos contra el tiempo, quejándose, mirando el reloj. Me fui. Llevaba diez días trabajando el personaje, vestuario, textos, pero duré tres días. Fue superior a mí”, recuerda con pesar.

“Me descolocó este ambiente tan frío y lejano con gente con la que yo había trabajado en TVN y ahora estaban en puestos muy altos en este otro canal y ni siquiera son capaces de bajar a saludar. Hay un olvido, no cautelan el producto final, no respetan ni al público”, expresó.

“La lejanía produce ignorancia”, reflexiona sobre la gran distancia entre los ejecutivos del canal y los creadores de contenidos.

Respecto a las posibilidades de verlo en alguna producción dramática en televisión, Barril fue radical: “No lo echo de menos. Lo echara de menos si fuera como era antes. Yo pude hacerlo, pero hay otros colegas que no pueden irse de la tele, están obligados”, explica.

“He visto poco y nada de las teleseries actuales. La velocidad de las cosas no me atraen”, sentenció.

Revisa la entrevista completa a Eduardo Barril