La destacada guionista de producciones, como Romané y Purasangre, participó en un nuevo episodio del podcast Impacto en el Rostro, donde conversó sobre sus principales trabajos en la pantalla chica.

Contreras destacó que escribió dos teleseries en un mismo año: Pampa Ilusión y Amores de Mercado. En esta última se sumó en el capítulo 60 y fue donde más le costó escribir un final. “Nosotros estábamos reventados”, expresó.

“Yo entré en el capítulo 60. Terminé de escribir Pampa Ilusión e inmediatamente fue abducida por ese grupo de locos que estaba escribiendo la teleserie de la Quena (Rencoret, directora de Amores de Mercado)”, contó.

Yo entré cuando las papas estaban quemando, en el momento peak de la teleserie. Tuve que actualizarme, leer 60 capítulos. Esa teleserie se estaba escribiendo sobre la marcha, muy rápido“, aseguró.

¿Cómo fue escribir para dos teleseries en un mismo año? Para la guionista no fue tan “terrible” pues llegó a un equipo que ya conocía: “Aparte de cansarnos mucho, lo pasábamos muy bien (…) Yo recuerdo que, si bien estaba reventada, eso se pudo sobrellevar con lo ágil que estaba la historia… Fue como un empujón de energía, de adrenalina”.

El final de Amores de Mercado

Sobre el rumor de que escribieron dos finales para Rodolfo y Pelluco, Contreras dijo que eso es “absolutamente falso. Y es falso porque costó tanto escribir ese final, en el sentido que había muy poco tiempo. Entonces se barajaron muchas alternativas, pero de escribir otro, olvídate. Nosotros estábamos reventados, no podríamos haber escrito dos finales”.

Estábamos todos muy reventados, sobre todo el actor principal, Álvaro Rudolphy. De repente nos decían, ‘por favor, bájenle el número de escenas porque está reventado‘. Pero no se les podía bajar porque resulta que eran dos personajes”, añadió.

Respecto a si se arrepintieron de haber matado a Pelluco, la guionista señaló que “nunca” porque “era lago que tenía que ocurrir en el fondo, porque el personaje se había transgredido a sí mismo“.

“Su muerte (la de Pelluco) no se hizo como un castigo, se hizo como un destino. Porque era un personaje pobre en un espacio que no le correspondía. La lucha entre ambas clases (sociales) es tan feroz que un final feliz podría haber sido demasiado inverosímil“, concluyó Larissa Contreras.