En septiembre pasado, Claudia Gómez, hija del diseñador de zapatos Patricio Arévalo, detalló el mal momento que estaba viviendo su padre producto de una enfermedad que llegó a su vida de un momento a otro.

Gómez contó que producto de la inactividad del diseñador, quien dejó de trabajar por la pandemia, se le “generó una célula en las venas en junio”. Luego le declararon una trombosis en una pierna la que derivó en una embolia pulmonar. Desde entonces, permanece internado en el el Hospital de la Florida.

Como si eso fuera poco, mientra estaba hospitalizado se le diagnosticó COVID-19, lo que desencadenó otra grave enfermedad: el Síndrome de Guillain-Barré. “Él fue asintomático, pero fue eso lo que le tiene que haber desencadenado esta enfermedad, la cual su cuerpo empieza a producir anticuerpos y afecta a la médula espinal”, explicó la mujer en ese entonces.

A un mes de ese entonces, Patricio sigue internado pero con leves signos de mejoría. Según Claudia, como los dos tratamientos de hemoglobina no dieron resultado, la solución es ahora una neuroterapia, que ya está dando sus primeros resultados.

Mediante terapias kinesiológicas buscan reactivar la conexión entre el nervio y el músculo, y que se vaya mielinizando la vaina del nervio. Cuando empiezan a hacer conexión, son los sensores del dolor los que aparecen primero, y él ya está sintiendo dolor y ardor. Siente que le arden los codos, muñecas, manos, pies y hombros”, detalló a La Cuarta.

Lo complejo de este tratamiento es que deja secuelas que toman un tiempo en restaurarse, pero tienen confianza en que todo saldrá bien. “A mi papá ya le están funcionando normal los riñones. El nervio de la tensión igual está dañado, entonces tiene que estar con máquinas para regularle la presión arterial”.

Si bien aun permanece con ventilador mecánico, pronto se lo podrían sacar, ya que “el tronco lo está estabilizando”.

El “zapatero de los famosos” también ha vuelto a hablar, aunque le enseñaron a hacerlo con la tráquea pues se sometió a una traqueotomía. “Antes él modulaba, porque nunca ha perdido el conocimiento, siempre ha tenido su cabeza buena, el síndrome no le paralizó ningún músculo de la cara, sólo del cuello hacia abajo”, aclaró su hija.

Un milagro

De acuerdo Andrea, la recuperación paulatina de su padre ha sido algo casi para no creer. “Los médicos dicen que es un milagro, mejoró de un día para otro, el pronóstico de ellos era cerrado, mi papá o quedaba vegetal o se moría, eran las únicas opciones que le daban. Él se ha dado ánimo y mucha fuerza”, contó.

Pese a lo alentador de su actual pronóstico, Arévalo igualmente ha tenido recaídas. La semana pasada estuvo “mal”, luego mejoró, y así van evaluando a diario su estado, ya que “es una enfermedad muy inestable”, advirtió Andrea.

Ahora, lo que viene para Patricio es una cirugía que le permitirá recuperar sus músculos y podría estar en la casa mínimo dentro de un mes más. “De ahí en adelante hay que ver, porque lo tienen que entregar estabilizado”, cerró.