En abril de 2018, la conductora de Uber Gloria Salinas se llevó 12 millones de pesos tras participar del programa Pasapalabra, de Chilevisión.

Sin embargo, tras el estallido social y la pandemia, la situación actual de la exparticipante del programa de televisión es muy diferente y dista de la imagen de flamante ganadora.

En conversación con Página 7, Salinas comentó que ocupó el dinero del premio para dar un pie para la compra de un automóvil, que sacó a nombre de su padrastro, y para pagar algunas deudas.

Fue precisamente esta primera situación la que hoy la tiene bastante complicada. El 20 de julio de 2020 denunció, a través de su cuenta de Twitter, ser víctima de una serie de llamados y mails amenazantes de cobranza, incluso una visita al hogar de sus padres.

Nos pasa a todos. Una cosa es haber salido en el programa y otra cosa es estar tapado en plata. Son cosas muy distintas”, aseguró.

Yo gané y ahora no he pagado la luz, el agua. Te estoy diciendo que yo en un momento tuve y di el pie del auto, pude pagar deudas que tenía de antes, pero llega un momento que la realidad te pisa igual y mi realidad es que tengo dos niños, no tengo quién me ayude y me tengo que encargar cien por ciento de ellos”, sostuvo.

La denuncia

Con respecto a la situación denunciada en redes sociales, de acuerdo a la mujer todo comenzó en octubre de 2019, cuando se atrasó en el pago de las cuotas del vehículo. “Yo ya me atrasé en varias letras. Cuando me atrasé en la segunda letra ya no me dejaron pagar la que llevaba atrasada. Tenía que pagar todo”, explicó.

Posteriormente, habrían comenzado los llamados y correos electrónicos, donde incluso le habría informado de un número de causa. “Llegaron unos tipos indicando que eran receptores judiciales y que venían a reconocer bienes. Fueron en una camioneta que era de reparto de licores. Mi mamá no los dejó pasar y se fueron”, comentó.

Preocupada, consultó a algunos amigos de Pasapalabra. “Gracias a Dios en el grupo de los amigos del programa hay abogados. Pregunté porque revisaba la causa en el Poder Judicial y no me aparecía, entonces a lo mejor yo estaba revisando mal”, indicó.

Me dijeron que la causa que existía con ese rol no tiene nada que ver con mi papá”, acotó.

La ganadora del programa de TV señaló que para solucionar la situación pensó en vender el automóvil e incluso aseguró que ha tratado de repactar la deuda, pero no recibe respuesta o información. “No me dejan pagarles. Me dicen que espere un correo y ya han pasado dos meses más”, dijo.

“Ellos me piden como base para repactar el 50% de la deuda… o sea estamos en pandemia, no puedo salir a trabajar”, puntualizó.

Vida tras la pandemia

Gloria contó que no ha podido trabajar producto de las restricciones sanitarias. “Lo primero que hicieron fue ponerme toque de queda. Hace cinco años que yo hago Uber solo de noche, porque no tengo quien cuide a mis hijos durante el día”, afirmó.

Su hijo mayor padece de asma, es hiperactivo y tiene déficit atencional, por lo que entre tareas y deberes los meses de cuarentena han sido bastante complicados y ha tenido que ingeniárselas. “Tengo que estar pendiente constantemente, no hay nadie que me ayude”, manifestó.

De repente vendo ropa, por ejemplo tengo una chaqueta o zapatos, para salir con lo justo y necesario. También a veces tengo pasajeros antiguos que yo llevaba al hospital, entonces de repente me llaman y yo me las arreglo”, agregó.

Grupo de exparticipantes

Gloria sostuvo que si bien no cuenta con una red de apoyo, sí han habido amigos que la han acompañado durante todo este periodo: un grupo de exparticipantes de Pasapalabra.

Somos todos amigos, no es un grupo. Somos familia. Diosito nos puso a todos juntos, somos súper aclanados, nos queremos harto”, aclaró.

Me han acompañado, porque mi red de apoyo es cero. Entonces ellos han estado conmigo emocionalmente durante todo este proceso”, enfatizó.

Durante el mes de septiembre, este mismo grupo organizó una rifa para ir en ayuda de un exparticipante con apuros económicos, la que decidió hacerse de forma anónima.

“Se decidió hacerlo sin nombre y sin apellido, para ayudar a los que lo estábamos pasando mal. Y eso mismo se le dijo a la gente”, finalizó Salinas.