Miguel Ángel Bravo, de 63 años, trabajó en la pantalla chica durante mucho tiempo. Fue parte de programas como Teleduc (1977-2002) y Martes 13 (1983-1995), y también participó en teleseries como Los Títeres (1984) y Los Venegas (1989).

“Estaba metido en todos los canales, era muy pelusa, me hice conocido así, aunque después con los años me di cuenta que no era lo mío, renuncié a la TV, porque encontraba que todo era muy comercial, superficial”, contó a LUN.

Y fue así como decidió dejar atrás Santiago y comenzar una vida con su familia en el campo.

“Teníamos muchos deseos de irnos de Santiago, y la verdad es que también se juntaron historias en común. Carolina (Spencer, actriz y su pareja) siempre amó vivir en la naturaleza, en libertad. Y yo también. Siempre soñé con vivir en una casita, en una pradera, en una montaña, siempre me encantó la naturaleza“, dijo Bravo.

Y este deseo se hizo realidad y se fue a vivir a Colliguay, un valle en altura ubicado en Quilpué.

Son como 400 personas las que viven acá. No hay bomberos, no hay carabineros, es un villorrio podríamos decir. Nuestros únicos vecinos están como a un kilómetro. Es una comunidad de gente esforzada, es hermoso. Y bueno, acá nosotros también hemos entregado lo nuestro”, comentó.

Aquí, junto a su pareja, levantaron un teatro al aire libre e iniciaron clases de actuación. Incluso realizaron una película en 2018, Ancestral: mitos y leyendas de Colliguay, que está disponible en YouTube.

Esta vida en el campo la define como “bastante dura”, donde tiene que “estar al ritmo de la naturaleza”, sin embargo, le encanta.

Esto de vivir un poco como Tarzán, con lo mínimo, con lo que yo me imaginaba, me hace decir que me siento feliz“, concluyó Miguel Ángel Bravo.