Este jueves, los abogados de Hernán Calderón Argandoña, Mario Vargas Cociña y Eduardo Lagos, presentaron ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago una cautela de garantía y un amparo judicial acusando supuestos tratos inhumanos de los que ha sido víctima por parte de gendarmes que lo custodian.

Recordemos que el acusado se encuentra cumpliendo prisión preventiva en la Clínica Psiquiátrica El Cedro de la comuna de La Reina, y según la defensa, desde el primer momento lo han mantenido engrillado de pies y manos, día y noche. Además, no lo dejarían caminar ni salir de la habitación y tampoco recibir tratamiento médico.

“Estos actos son completamente inhumanos y crueles, los que han perjudicado –además- el tratamiento que debía seguir nuestro representado. El tratamiento no se ajusta a derecho y vulnera sus garantías constitucionales. Por ello, hemos recurrido al tribunal para que se establezca el imperio del derecho”, indicó Vargas, según consignó BioBioChile.

El medio indicó que el equipo defensor envió una carta al Director Nacional de Gendarmería de Chile, Christian Alveal, y al Coronel Juan Navarrete Gamboa, del Departamento de Seguridad Penitenciaria, pero no han obtenido respuesta.

Allí, detallaron que “la privación de libertad en ningún caso puede implicar la aplicación por parte de Gendarmería de medidas de seguridad, tormentos, y/o restricciones que resulten más gravosas que las dispuestas por el órgano jurisdiccional y siempre conforme a lo preceptuado por la Constitución y la Ley, lo que, a juicio de esta parte, en el caso de marras no se está cumpliendo”.

Raquel Argandoña llegó al Centro

Enterada de lo acontecido, la tarde de este jueves su madre, Raquel Argandoña, llegó hasta el centro psiquiátrico muy afectada, y en la entrada del recinto habló con la prensa entre lágrimas.

“Mi hijo necesita tratamiento y los profesionales no lo han podido diagnosticar. Está amarrado 24 horas de mano y de pies con cadenas, ni siquiera se las sueltan para bañarse ni tampoco para comer. Hasta un perro tú lo sueltas para caminar“, dijo.

Es injusto, es injusto. Entonces ¿de qué hablan los matinales de que esta clínica es un spa? ¡Si mi hijo necesita tratarse!“, exclamó llorando.

Nano Calderón
Mauricio Méndez | Agencia UNO

Más tarde, apareció en el centro el abogado Vargas Cociña, corroborando los dichos de Raquel, indicando que los gendarmes “no dejan entrar a los doctores, no dejan que los psiquiatras entren a hablar con él“.

Además, reveló que ha recibido empujones por parte de los funcionarios de gendarmería, quienes no le quitarían las cadenas ni siquiera para ir al baño a comer, y que se encuentra todo el tiempo con tres gendarmes dentro de la pieza.

Vargas también expresó que su representado tampoco puede realizar llamadas y que ni siquiera él ha podido reunirse en persona con el acusado.

Entre sus dichos, señaló que la madre tampoco ha podido hablar con él, ante lo cual los periodistas le consultaron si acaso otra persona en su condición puede recibir visitas de ese tipo y sobre todo en tiempo de pandemia, a lo que él contestó que era solicitud de los médicos.

El médico dijo que era importante la participación de un familiar cercano para su rehabilitación. Esto no es visita. Acá se planteó que el señor Calderón venga para acá con el objeto de un tratamiento y si ese tratamiento dispone que la madre tiene que participar activamente, pues bien, habrá que hacer caso a lo que digan los médicos”, afirmó.