Jaime Coloma fue entrevistado por Nicolás Copano en un nuevo capítulo de #CHVenCasa, donde recordó cómo llegó a ser jurado de Rojo, fama contrafama, programa en el que estuvo de 2002 a 2006.

El opinólogo era parte del área de talentos cuando le pidieron reemplazar a alguien que estaba por llegar, pero que nunca arribó al espacio.

Según recordó, el viernes, a tres días del debut del espacio de TVN “fui a hacer de maniquí, de monigote, tenían que ver las luces del lugar donde estaba el jurado y probar los micrófonos. Necesitaban rellenar ese espacio y como eran 3 jurados no tenían a los otros dos (estaba solo Amaya Forch) me pidieron a mí”.

Mientras estaban en las pruebas le pidieron que hablara con el micrófono y que diera su opinión sobre la performance de los participantes. En ese momento preguntó si realmente querían que expresara su pensar.

“Recuerdo patente que estaban todos ahí, los concursantes: Daniela Castillo, Jimena Pereyra, Rodrigo Díaz, Pablo Vargas, todos los que después se hicieron súper conocidos, y me acuerdo que yo los quedo mirando y digo ‘cabros, atinen porque ustedes son más de lo mismo’. Eso fue todo lo que hice”, relató.

Después de su participación se fue a buscar a su hijo al jardín y el lunes volvió al trabajo. Ese día nuevamente fue a retirarlo. “Iba saliendo del canal y de repente me llaman por teléfono y me preguntan dónde estoy”, recordó, contando que le pidieron que estuviera otra vez en el programa, pero por una semana.

Nicolás le comentó que quizá se les cayó alguien y Jaime contestó ‘no tengo idea, Eduardo (fallecido director) fue muy correcto y me dijo que estaban en conversaciones y que consideraban que yo podía funcionar bien para una semana. Y yo le dije que bueno”. Entonces pidió que lo esperaban porque debía ir a buscar a su hijo y, de hecho, el pequeño estuvo a su lado durante la emisión.

El viernes de esa semana se despidió de todos y les deseó éxito, sobre todo por el difícil escenario que enfrentaban, pues Mekano, que era la competencia, marcaba cerca de 20 puntos y ellos 6.

Llegó el lunes y se repitió la historia, pero esta vez le aseguraron que esa semana se definiría lo del jurado. El viernes nuevamente se despidió. El lunes pasó lo mismo, pero ahí decidió ir a hablar con Eduardo para pedirle que le explicara qué pasaba. Él le dijo que quería que se quedara.

No obstante, esta vez pidió que le pagaran, pues las dos semanas anteriores no cobró ni un peso.

Finalmente, comentó: “Me acuerdo patente que le dije ‘ten claro que yo no quiero hacer carrera en televisión delante de pantalla’. Yo creo que ese fue un craso error de mi parte porque eso significó que se aprovecharan mucho, que ‘me las vieran’ como se dice en buen chileno, durante mucho tiempo”, por su buena voluntad.