El doctor Juan Carlos Molina ha estado presente en el matinal Bienvenidos desde el inicio de la crisis sanitaria en nuestro país a causa del COVID-19.
En sus intervenciones, el médico siempre intenta bajar la información técnica sobre la emergencia, para orientar a los televidentes, y también ha insistido en la importancia de “aislar, testear, trazar y tratar”, como una estrategia que cobra un gran sentido si es que el aislamiento o confinamiento lo hacemos bien.
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Lamentablemente, este martes el coronavirus lo golpeó de cerca. Pues durante la entrega del balance diario del Minsal, el profesional que se encontraba en el programa, se enteró del fallecimiento de su cuñada Carmen Quiroz, a causa del virus.
Dado lo anterior, el espacio le dio unos minutos para dirigirse a las personas, pues él quería hacer un llamado a la responsabilidad, tomando como ejemplo su caso cercano, sin embargo, a medida que hablaba se fue quebrando hasta no contener las lágrimas.
“Esto que parece un juego son vidas, son vidas que se pierden, una familia que se destruye. No salgan, las cuarentenas son para respetarlas (…) Somos todos responsables de cuidarnos y de no estar frente a esta enfermedad que ataca a la soledad. Morir solo, tener una pareja pareja que queda sola, no poder ir a verla porque está eventualmente con COVID-19, no poder abrazarlo, no poder decirle chao“, partió diciendo el especialista con la voz notoriamente quebrada.
“Mientras estaba el informe, fallece mi cuñada, que supuestamente hicieron la cuarentena. A lo mejor el ir a comprar el pan una vez o a lo mejor otros elementos, una vez. Vale decir, aquí no hay que bajar la guardia, puede ser eso, una vez, porque es un virus altamente contagioso”, agregó.
En ese escenario, el médico contó que cuando su cuñada enfermó, pensaron que se trataba de un resfrío y él fue controlando sus síntomas vía telefónica, pero de un momento la situación cambió y notó que ya no era un simple resfrío sino que algo más serio.
Tras eso, la mujer fue hospitalizada, y él hablaba a diario con ella para saber su estado, y aun cuando aparentemente se estaba recuperando y saliendo de la gravedad, de un momento a otro empeoró y falleció esta mañana.
“Es una emergencia trabajar juntos para salvarnos y de ahí pararnos de nuevo, porque somos un país solidario, somos un país resiliente. Y cuando yo veo que me llama mi sobrina llorando y que mi hermano no puede ni hacer los trámites para ir al cementerio y a lo mejor no va a poder ir ni al cementerio. Esta es la enfermedad de la soledad, y nosotros somos sociales, va contra nuestra esencia, pero tenemos que hacerlo”, expresó afectado.
“Un abrazo y a cuidarnos todos“, alcanzó a agregar entre lágrimas.
“Esto lo hice carne yo, pero a cada uno de nosotros nos puede tocar, tengamos conciencia de eso, nadie está libre, todos nos necesitamos. Acá el pituto no corre, acá nada corre, cuando te toca te toca, entonces si yo puedo hacer algo para no enfermar (…) no necesitamos un carabinero en la espalda ni alguien que nos ande pegando para no salir, necesitamos el acuerdo nacional para que me den la oportunidad de no salir, pero hay algunos que incluso así van a salir, y a esos tenemos que darles el repudio nacional, porque es la manera de contribuir”, comentó.
Por último, el médico detalló, a modo de advertencia, que las personas que han estado intubadas tiene una compleja recuperación futura, pues producto de la sarcopenia (pérdida de masa muscular), pierden “como 10 años de funcionalidad”, por lo que pueden “requerir de seis meses a un año para calidad bucal, muscular, funcional”, eso los que logren aguantar. Y reiteró: “Esto no es u chiste, es algo tremendamente serio, nos puede matar de a poco o de golpe sino entendemos que tenemos que hacer muy poco, quedarnos en casa“.
