Hace algunos días Canal 13 reestrenó la segunda temporada de MasterChef Chile, luego de la exitosa repetición del primer ciclo.

En este contexto, han sido varias figuras del programa quienes nuevamente han hecho noticia a propósito del regreso del espacio, siendo una de ellas Karin Huber.

Huber fue una de las participantes de la segunda temporada de MasterChef Chile y estuvo a punto de entrar en el top 10, sin embargo, fue eliminada tras presentar un plato vegetariano que no le gustó a los jueces.

A cinco años de su debut en el programa de cocina, la joven oriunda de Quilpué reveló que su vida dio un gran giro desde que salió de la TV.

En una entrevista con Las Últimas Noticias, Karin, de 33 años, reveló que tiene dos hijos y que se fue a vivir junto a su novio, Philip Mathews, al sur de Chile, específicamente a Pucón.


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“Desde que salí de Masterchef han pasado muchas cosas. En ese entonces tenía un pololo brasileño y nos fuimos a vivir a Laguna Verde, súper hippie. Terminamos y empecé a trabajar en cocinas de Valparaíso. También estuve en un restaurante de San Pedro como garzona, ahí aprendí mucho. Después trabajé con un pakistaní en una empresa de snacks, yo era su traductora, aprendí mucho de la cocina de oriente con él”, contó.

Fue tras finalizar este último trabajo que decidió irse a vivir a Pucón, siendo en dicha localidad donde conoció a su actual pareja.

“Es tatuador, artista y cocina increíble. Quedé embarazada de mi segundo hijo (ya tenía a Matías de 12) y nos fuimos a Santiago para tenerlo. Ahí estuve dos meses hospitalizada”, reveló.

Según relató Huber, su hijo nació prematuro tras tener una rotura espontánea de membrana a las 28 semanas de gestación. Lo anterior se desencadenó en pleno “estallido social”, cuando salió del trabajo y tuvo “problemas con las lacrimógenas”.

Es por esto que tras recuperarse, en marzo, junto a su pareja decidieron regresar a Pucón, justo cuando comenzaba a aparecer la pandemia del COVID-19 en Chile.

“Mi hijo, que se llama Lobbo, va a cumplir ahora seis meses y queríamos darle otro aire, otra vida. Esta es mi familia ahora y la cuido mucho”, agregó.

Sobre su vida en Pucón, Karin aseguró que ama la ciudad y su vida en la naturaleza. “La mamá de mi pololo tiene el hotel Newen, donde vivimos (en el centro de la ciudad), y otra casa ubicada en los cerros. Ella es norteamericana y tiene una mentalidad súper activa con respecto a lo que viene, así que tratamos de llevar una vida autosustentable”, comentó.

Respecto a esta vida autosustentable, Huber contó que tiene su propia huerta, donde planta diversas verduras. Además, prepara sus propias conservas de salsa pomodoro y variadas pastas, las que también vende a través de su Instagram.

“Estoy haciendo lo de las pastas porque me quiero quedar con el Lobbito en la casa (…) Quiero criarlo y vivir de nuestros propios productos del huerto. Ahí vamos a ver, porque mi pololo tiene sus compromisos en Santiago, pero seguramente él puede viajar y yo quedarme acá”, agregó.

Recuerdos de MasterChef

En cuanto a su paso por el programa, Karin indicó que no quiso aferrarse a lo mediático y prefirió trabajar y “generar lucas”, agregando que tampoco creía que tenía habilidades para seguir el camino de “influencer”.


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Por último, Huber confesó que tiene los mejores recuerdos del espacio y que le permitió conocerse más a sí misma. Además, reveló que no tiene televisión, por lo que algunos de sus excompañeros le mandan videos y fotos.

“Lo pasamos bien. Éramos personas de todos lados, con distintas realidades: viejos, jóvenes, gordos, flacos, gays, hetero. Después de eso agarré caleta de confianza y en vez de aferrarme como a la fama que el programa podría haber dado, aproveché de trabajar viajando”, concluyó.