La bailarina habló con Angélica Castro en el programa Velvet al Desayuno transmitido por el Instagram Live de @revista_velvet, sobre la cuarentena, las clases con los niños y de su salida de Bailando por un sueño.

Maura Rivera vive el confinamiento con su marido, Mark González, y sus dos hijos, a quienes ayuda a estudiar con sus clases online.

“El de las clases es un tema para todos yo creo, lo primero que hacemos en la mañana es levantarnos y dejarlos con las clases online, y es una la que tiene que enseñar, es difícil. Y todo en inglés. Es un tema, las tareas, las guías, a veces digo ‘chao, no me voy a estresar’ y vamos con calma, pero prefiero tomármelo así”, expresó.

La bailarina contó que hay días en que le gustaría quedarse acostada, pero siempre se levanta y se arregla para sentirse bonita, asegurando que “uno no tiene que perder eso: arreglarse, quererse y regalonearse en ese sentido”.

“Hay días que quiero estar acostada viendo Netflix, me levanto todos los días, tomamos desayuno en la mesa con Mark, inventando temas. Yo soy maniática del orden, entonces siempre estoy ordenando, limpiando, me pongo a hacer las cosas de la casa después del desayuno, luego se prepara almuerzo y juego con los niños. Me arreglo todos los días igual”, indicó.

Sobre su salida del programa Bailando por un sueño, aseguró que “no fue una decisión que me costó, de verdad que se podría haber esperado un poco más, que se pasara esta cuestión, pero yo preferí hacerme a un lado, me parecía un poco expuesto ir ahora a bailar”.

“Me acuerdo cuando partió esto, estábamos en pleno programa y hablé con Eduardo Cabezas, productor general y le conté que no podía ir, tengo hijos, me entendieron súper bien, me apoyaron, súper buen equipo. En ese sentido no tengo nada que decir del programa, un siete. Mi decisión pasaba netamente porque estamos en plena pandemia”, aseguró.

Maura también recordó su participación en el programa Fiebre de baile, donde reconoció que lo pasó mal: “Lo pasé mal de jurado, yo gané ese programa y a la siguiente temporada fui jurado, firmé sin saber a lo que me exponía, recién había tenido a mi hijo, mi cabeza estaba en mi casa, las hormonas revolucionadas; no estaba concentrada en lo que estaba haciendo. Al final lo pasé pésimo”.

Rivera también habló de cuando se fue a vivir a Rusia, pese a estar con trabajo: “Estaba trabajando en Chilevisión, siempre fui muy independiente, muy activa, e irme a Rusia era un cambio rotundo, renuncié a mi trabajo, pero el amor era tan fuerte. Siempre estuve con ganas de hacer cosas, empezar a crear contactos, tomar clases. Tomé clases de ballet, aprendimos lo básico de ruso. La gente es muy fría y uno se contagia de la frialdad. Estuvimos como 3 años y medio”.