Desde que se reestrenó la segunda temporada de Masterchef, los televidentes comenzaron a expresar nuevamente sus positivas impresiones sobre Alfonso Castro, quien fue el gran ganador.
El hombre, que lloró al recordar la muerte de su esposa tres años atrás cuando presentó su primer plato (una paella) ante los jueces, se ganó el cariño del público inmediatamente.
A cuatro años de su participación en el espacio culinario, Alfonso (67) conversó con Canal 13 sobre su vida y cómo enfrenta la cuarentena.
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“Hay que cuidarse, es una cuestión de consciencia, casi ni salgo y cuando lo hago ando con la mascarilla, voy al supermercado en la mañana, a la hora que atienden a los viejos, si veo aglomeraciones no me meto. Es cosa de ver lo que está sucediendo en el mundo, que se ha muerto mucha gente de porfiada o porque no se cuida”, recalcó Castro, que vive en Independencia.
Pese al confinamiento, dice que no se ha aburrido en la casa, pues “como es grande siempre hay que hacer cosas”.
El ganador de la segunda temporada de Masterchef también contó que sigue con su afición a las motos.
“Justo antes de que pasara todo esto me había comprado una, yo tenía una Honda 250, un scooter y me compré otra igual. La más antigua la desarmé, quedó el puro esqueleto, así que ahí me entretengo todos los días, a veces ni almuerzo donde ando cachureando y metiendo mano”, detalló.
Con respecto a sus compañeros de programa, contó que no tiene contacto con ellos y explicó por qué. “Desde que estábamos en el programa siempre me invitaron a carretes, pero yo después del programa me iba para la pega (trabajaba como garzón en un restorán), entonces no tenía tiempo, nunca pude ir, eso que tenía buena onda con todos”.
Castro recordó que “después, para la final, nos íbamos a juntar para hacer un asado, pero al final funó, yo viajé y cada uno hizo algo por su lado, no he sabido nada de nadie”. Eso sí, en una oportunidad lo contactó Felipe Taverne “porque quería hacerme una entrevista con un amigo, creo que estaban haciendo un programa de radio”.
Cabe recordar que según contó Alfonso a Las Últimas Noticias, a dos años del programa, decidió jubilarse después de 15 años de servicio en el local de carnes Don Carlos.
“Hay viejos que se echan para abajo… Yo en cambio, lo paso bien. Me di cuenta de que mi libertad no tiene precio. Estoy en el mejor momento de mi vida, sin rendirle cuentas a nadie”, expresó en la oportunidad.
También contó que en ese entonces le gustaba tomar su bicicleta e ir al barrio Meiggs: “Vitrineo y compro cosas para arreglar la casa. También me dio por pintar y hacer manualidades”.
Sobre qué hizo con el premio de 25 millones de pesos, en 2018 contó que “no me he gastado casi ningún peso. He pagado algunas cosas, pero casi nada. Llevo una vida sobria, sin lujos. Si quiero ir a comer algo, voy… pero nada de grandes gastos”.
