“Horrible” y “vergonzoso”. Estas fueron las calificaciones más sutiles que recibió un polémico plato en la versión española de MasterChef, que se encuentra en su octava temporada.

Y es que Saray, una de las concursante del espacio gastronómico, fue la protagonista de una de las jornadas más brutales que se recuerde en cualquiera de las versiones de cualquier país que emite el programa, que le costó ser expulsada sin piedad por el jurado.

La aspirante a cocinera presentó una perdiz con plumas y sin cocinar. Básicamente, llevó ante el jurado el animal muerto con rodajas de tomate cherry encima para decorarlo.

La concursante tenía 20 minutos para pelar y cocinar el ave, pero se negó a hacerlo y decidió sacar de quicio al jurado, con el que arrastraba una tensa relación. ”¿Me quieren ver aquí quitando plumas como una perra? No me voy a poner aquí a arrancar plumas para darles la satisfacción”, dijo durante la emisión del comentado capítulo.

La crítica del jurado fue lapidaria. “Te voy a ser franco, que me faltes el respeto a mí, a tus compañeros, al programa y a los 28 mil candidatos a entrar en esta cocina, no lo puedes hacer. Entiendo que no quieras cocinar, que te rindas, lo entiendo, pero lo que has hecho con tu producto no tiene ninguna justificación”, le reprochó duramente Jordi Cruz.

Saray intentó defenderse, pero el enfadado jurado no se lo permitió. “No se te ocurra abrir la boca, porque no tienes nada que decirme. Nos hemos equivocado terriblemente contigo, creo que es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta, en ocho años”, agregó Cruz.

Finalmente, Saray tuvo la opción de esgrimir algunas palabras. “Desde que me puse el delantal negro (de la prueba de eliminación) me bloquié. Me sentí mal y no quería seguir, porque ya veía que mi destino estaba marcado”, sostuvo antes de ser expulsada del programa.

Tras esto, la polémica participante se sinceró con RTVE en donde aseguró que si se viera expuesta a la misma situación, su decisión no variaría. “Si te digo la verdad, sí. Lo volvería hacer. No tenía ninguna posibilidad de salvarme”, sostuvo.

Por último, tuvo crudas palabras para el trío de jueces. “Están esperando a que hagas algo malo para pegarte tres palos en la espalda y terminarte de hundir. Y a mí eso la verdad es que no me gusta. A mí me gusta que si me tienen que decir las cosas, me las digan con una sonrisa en la cara y que me lo digan con un poco de cariño”, sentenció.