Francisca García-Huidobro estuvo 23 días internada en la Clínica Alemana por una insuficiencia renal severa que se complicó por una bacteria.

Afortunadamente logró recuperarse y hace unos días le dieron el alta. Y aunque no ha salido mucho en este tiempo, sí decidió volver este lunes a Sigamos de Largo para asumir nuevamente la conducción junto a Sergio Lagos.

Previo a este regreso, la animadora conversó con LUN, medio al que detalló cómo ha sido su recuperación, su estado de salud actual y las lecciones que aprendió tras esta experiencia límite.

La comunicadora aseguró que ha tenido que realizar algunos ejercicios para fortalecer las piernas y que incluso le dieron permiso para manejar, sin embargo, el proceso de recuperación es bastante más complejo que eso.

He tratado de dormir harto, alimentarme bien, porque tengo una anemia que no hemos terminado de evaluar y también tengo un cálculo en el riñón que está estancado y antes de que caiga hay que programar una operación (laparoscópica) para sacarlo“, reveló.

En la misma línea, contó que salió de la clínica pesando 47 kilos, por lo que está en un régimen de engorda. “Me tiene bien descompuesta porque yo no estoy acostumbrada a comer tanto, pero le estoy poniendo harto pino. Tengo que comer mucha carne, ensaladas verdes y harto chocolate“, detalló.

Fran también fue honesta al confesar que ha tenido mucha suerte, puesto que sino hubiese tenido los recursos o la familia que tiene, la situación podría haber sido muy distinta. “Si mi familia hubiera aguantado mi tozudez podría no estar viva, que me tengo que cuidar más, que no puedo hacer que mi familia, mi hijo, mis amigos y la gente que quiero pase más sustos. Tenía una cadena de gente llorándome, tengo que ser un poco más responsable“, aseguró.

Eso sí, también reconoció que no se puso “ni dulce ni amorosa” porque estuvo a punto de morir. “Uno sigue siendo quien uno es (…) por suerte mi sentido del humor no me lo operaron“, sentenció.