Se estrenó a fines de mayo de 2019, pero su impacto ha sido tan grande que la ha hecho merecedora de reconocidos premios, como los Golden Globes.

Hablamos de Parasite (Parásitos, en español), la película surcoreana dirigida por Bong Joon-ho que mezcla el genéro del suspenso y la comedia negra, y que se ha convertido en la apuesta internacional favorita del último tiempo.

Parasite cuenta la historia de Gi Taek (Song Kang-ho). Él y toda su familia están sin trabajo, pero un día Gi tiene la oportunidad de comenzar a dar clases particulares de inglés a la hija mayor de los Park, una familia muy adinerada.

Hasta ahí parece una trama que hemos visto y escuchado muchas veces, pero la casa de los Park esconde secretos impensados y los desenlaces son imprevisibles una vez que toda la familia de Gi logra entrar a trabajar al hogar sin que nadie sepa que son parientes.

Otro papel que se roba la película es la ama de llaves Moon-gwang (Lee Jung-eun). Pese a que comienza como un rol secundario y sin mucha relevancia, en la última media hora de la historia se vuelve protagonista.

El humor de los personajes y de algunas situaciones logra un equilibrio con los momentos de tensión que se desarrollan en la historia, los que podrían dejar a varios con el “corazón en la mano” por algunos segundos.

En este contexto, uno de los temas principales de la película es la lucha de clases sociales y la falta de oportunidades en la sociedad actual, donde para tener éxito no basta solo con tener talento y esforzarse, sino que pertenecer a un estrato social determinado.

Por último, en los Golden Globes  Parasite —que se estrenará en Chile en febrero— se llevó el galardón por mejor película extranjera y su director entregó un potente mensaje sobre la industria del cine occidental. “Una vez superada la barrera de los subtítulos, descubrirán películas maravillosas”, señaló.