No te metas con los gatos, porque nada bueno saldrá de aquello. Esa es la premisa de un nuevo documental de Netflix que causa furor en Internet, pero que ha perturbado a sus espectadores.
Se trata de Don’t F**k With Cats: Hunting an Internet Killer (No te metas con los gatos: atrapando a un asesino de Internet, en español). Este relata los crímenes cometidos por Luka Magnotta, un canadiense que actualmente tiene 37 años.
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En mayo de 2012 Magnotta asesinó a sangre fría a Jun Lin, un estudiante de Montreal, en su departamento. Primero lo drogó y lo ató a su cama, para luego apuñalarlo en reiteradas ocasiones con un picahielo y un cuchillo de cocina.
Posteriormente Luka descuartizó el cuerpo de Lin, mató a un perro y después puso algunos de los restos en bolsas de basura. Las partes que no estaban en el lugar luego aparecieron en encomiendas, una de ellas dirigidas al Partido Conservador de Canadá.
Como si fuera poco, el asesino grabó todo el delito y publicó un extracto de este a un portal de Internet bajo el título “1 Lunatic 1 Ice Pick” (1 lunático 1 picahielo, en español), en el que se ve cuando apuñala a la víctima.
Sin duda un crimen horrendo. Pero ¿qué tienen que ver los gatos en todo esto? Pues la historia de Magnotta se remonta dos años antes del crimen de Jun Lin.
El documental —que cuenta con tres episodios— parte con el testimonio de cibernautas que, tras ver en Internet videos de un hombre matando a gatos por diversión, se unieron en un grupo de Facebook para encontrar al protagonista de los registros y llevarlo a la justicia.
Don’t F**k With Cats: Hunting an Internet Killer muestra todo el proceso de búsqueda de estas personas sobre el misterioso asesino de gatos, quien (“spoiler alert”) terminó siendo Luka Magnotta.
Finalmente, si te gustan los documentales sobre crímenes reales, esta es una gran opción para ver en vacaciones. Los detalles sobre la investigación de los cibernautas para atrapar a Magnotta, pasajes de la vida del asesino, la aparición de su madre y la coartada que tramó por años te dejará sin palabras, y probablemente bastante perturbad@.
