Este martes, el panel del Muy Buenos Días comenzó a relatar sus experiencias sobre cómo fue sus propuestas de matrimonio. Primero fue Cristián Sánchez, luego María Luisa Godoy y más tarde fue el turno de Marcela Vacarezza.
Sin embargo, la conversación derivó a la actual relación a distancia que debe vivir Vacarezza, ya que Rafael Araneda se encuentra trabajando en Miami, situación que generó la emoción de la animadora. Y es que este fin de semana, Araneda estuvo unas pocas horas en Chile, donde pudo compartir con su esposa, tiempo breve, pero que fue valioso para la psicóloga.
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“Siempre vale la pena. Cómo el decía: el cariño, la piel siempre vale la pena. Faltó tiempo (…) quería hacer tantas cosas, pero vale la pena”, contó Vacarezza, quien eso sí, destacó la valentía de Araneda por emprender este desafío laboral.
“Lo encuentro súper valiente, está empezando de cero y dejó todo por un proyecto nuevo. Admiro su forma de enfrentar la vida, de decir ‘echémosle para delante’. Eso lo encuentro valioso”, manifestó.
Además, Vacarezza realizó una particular confesión. “Nunca celebramos, nunca dijimos ‘qué bueno el proyecto’. Tenia su parte difícil, el temor era, aunque suene raro, quedarme con el buque. Rafael es muy presente, era eso, pero hay que echarle no mas”, expresó emocionada.
¿Lo extraña? “Por supuesto que se echa de menos. Él no puede venir para la graduación de la Martina, ella dice ‘papá, no importa’. Quizá hay gente que le da lo mismo, pero es importante y gracias a Dios ella lo entiende”, sostuvo la comunicadora.
Asimismo, reveló qué es lo más complejo de vivir toda esta situación: “Lo más complicado es que sientes que no tienes seguridad de lo que va a pasar, es como estar sin la estabilidad de saber qué va a pasar mañana (…) a mí me preguntan ‘¿te gustaría irte?’, pero no se puede por cosas objetivas, mi hija da la PSU, por ejemplo, es todo muy incierto. Si nos vamos tendría separarse la familia y esa no es mi intención. Es todo súper raro”, manifestó con lágrimas en las ojos.
Por último, Vacarezza señaló que “ya pasé la parte de decir ‘me quedé con el buque sola’. Me ha servido para no darle tanta importancia a cosas que no la tienen. Ahora no me desgasto por leseras“, cerró, mientras sus compañeros del programa la envolvieron en un cálido abrazo y le cantaban “Ooooh, la Marce no se va”.
