Quizás muchos no se acuerdan de él, pero lo cierto es que dentro de su CV (al menos televisivo) tiene el mérito de haber sido reclutado por uno de los reality show más exitosos de la televisión local: 1810.

En ese entonces Bruno Grossi era aspirante a doctor en Biología y, probablemente, ese detalle llamó la atención de productores, quienes lo llamaron para ser parte de aquel programa. Sin embargo, poco fue lo que duró encerrado y decidió abandonar.

Fueron sus compañeros los que lo votaron en un “cara a cara”, puesto que compañeros como Coca Mendoza y Janis Pope no lo querían mucho. Eso provocó su partida y Bruno se enfocó de lleno en su veta científica.

Y tan bien le ha ido que en 2015 recibió el premio Ig Nobel por sus investigaciones sobre los “Pollosaurios”. En términos prácticos, Lo que hacía era ponerle cola a gallinas o pollitos para saber cómo caminaban los tiranosaurios rex, consignó La Cuarta.

Los pollosaurios ya fueron, me hicieron muy feliz, pero ahora estoy intentando hacer caminar a un bípedo robot que es parecido a un tiranosaurio, es un trabajo en progreso siempre me ha gustado biomecánica animal”, señaló Grossi al medio nacional.

Y al parecer no olvida del todo su paso por la televisión, pues este domingo 29 de septiembre volverá a las pantallas, aunque en un formato totalmente distinto, a través de TVN. Allí conducirá Neurópolis, un espacio que pretender hablar de ciencia pero de manera entretenida.

Hace unos tres años empezamos con esto, hubo mucho cambio entremedio, pero ahora quedó maravilloso. Es un programa donde yo me despierto en la mañana, y aunque sea biólogo, justo para el programa me despierto medio ignorante científicamente, entonces me comienzo a preguntar sobre la memoria, relojes biológicos, las adicciones, los sentidos, y todo lo que se me ocurra. Ahí me ayudan mis amigos neurocientíficos, pero además me gusta hacer un cruce con algo más relacionado con la cultura y la sociedad”, detalló.

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Existo en él lanzamiento de Neurópolis

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Respecto a su paso por el reality, que no se molesta en ocultar, confesó que su sueño era que a través de esa vitrina lo descubrieran para hacer, justamente, programas de divulgación científica. “Cuando estuve en el reality ansiaba que me pudieran descubrir”, dijo, pero aunque ahora finalmente cumplirá ese objetivo, no fue gracias < 1810 que lo consiguió.

Nunca me pillaron en el reality, finalmente me terminaron descubriendo por los pollosaurios y nadie se acordó que estuve en 1810, pero ya me pillaron y espero seguir con varios espacios”, agregó.

Con Neurópolis, Grossi pretende conquistar al público que “le encanta la información, donde demostraremos que todos somos científicos, porque todos lo somos y eso debemos saberlo”.

Bruno también reconoció que le gusta el apodo de “científico loco”, pues está acostumbrado a divulgar la ciencia de una manera sencilla y entretenida. De hecho, confesó que siempre imagina que está hablando en un asado. “En los asados siempre armo círculos y hago clases de asado. Me gustan las investigaciones que hagan reír, pero que también sirvan para pensar, como lo que generé con los pollosaurios”.

Por último, fue sincero en comentar que le encantaría seguir “innovando en la tele” pero siempre a través de la ciencia.