Hace tres años, los sentimientos que primaban en la vida de Rafael Cavada eran la frustración, amargura e ira. Las bromas le molestaban, si tenía que esperar mucho tiempo se molestaba. Claro que todo llegó un límite, y el periodista tuvo que buscar ayuda.

Fue su esposa, la nutricionista Fiorella Choca, quien lo empujó a tomar un curso llamado Happiness program, de la fundación El arte de vivir. Fue ella la que le presentó este proyecto que literalmente le cambió la vida.

“Fue Fiorella, que supo dar los golpes de timón en el momento adecuado, pero yo diría que además Celeste (su hija de un año) contribuyó mucho. Además, todo vino porque ya no escuchaba música, un síntoma grave de estrés para mí. No escuchaba porque privilegiaba mi tiempo en otras cosas que, paradójicamente, me causaban más estrés”, partió explicando el periodista.

Según contó el panelista de Contigo en la mañana al diario Las Últimas Noticias, cuando llegaba a su casa después del trabajo, se encerraba a ver películas, por lo que decidió hacer algo distinto. Sobre todo, porque la ira ya lo estaba sobre pasando.

“La ira, bueno, tenía una muy baja tolerancia a la agresión, si alguien me molestaba paraba los carros en seco. Después uno empieza a entender que la gente que arremete contra los demás es porque anda muy mal por la vida y, si tú permites entrar en esa rosca, el que comete el error eres tú”, detalló el periodista.

Ahora bien, ¿en qué consistía este curso? “Básicamente el Happiness program es una experiencia de cuatro días donde uno aprende, para empezar, sobre la respiración y el efecto que tiene sobre tu estado de ánimo. Tiene que ver con conectarte con tus emociones y no negarlas, en una sociedad donde la productividad y el estrés hacen que uno se vaya desconectado progresivamente de ellas”.


Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Rafael Cavada (@rafa_cavada) el

Luego de tomar la segunda parte del programa, Cavada reconoció que se fue a la playa El Tabo junto a su esposa para tomarse unos días de meditación, yoga, y sobre todo, silencio. Después de eso, el periodista realizó varios cambios en su vida, que hasta hoy aplica.

“Dejé de fumar y de tomar después del Happiness program. Hoy soy casi flexi vegetariano, como muy poca carne porque entiendo que hace mal y que a mí me pone en un estado de ánimo más pesado. Comer más sano me ha hecho muy bien, trato de tomar más agua también, algo que no hacía antes (…) Medito cuando llego de trabajar, en la noche o en la tarde antes de comer. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas, cierro los ojos, respiro y medito por 40 ó 20 minutos”, complementó Rafael.

Al final, el periodista reconoció que “aprendí que nuestro equilibrio es muy precario, basta cualquier pequeña fuerza externa para alterarlo. Por eso hay que aprender a mantener un equilibrio más sólido, más trabajado”.