Brasil ganó (2-0) a Serbia este jueves en un estreno muy convincente de los de Tite en el Mundial de Qatar.

Con un doblete de Richarlison y un estilo combinativo a la vez que incisivo que hizo mucho daño a una pobre selección de Serbia, el resultado le permitió a la Canarinha colocarse en lo más alto del Grupo G.

La ‘Verdeamarela’ extendió la racha de sus últimos 16 partidos en fases de grupos del Mundial, con 13 victorias y tres empates.

Una victoria que le coloca líder de su grupo, tras el triunfo de Suiza ante Camerún (1-0), después de una exhibición de poderío y efectividad que comenzó y terminó el propio Richarlison con una espectacular chilena, candidata a convertirse en el gol del Mundial.

La capacidad ofensiva de la convocatoria brasileña fue una tentación para Tite, que alineó hasta a cuatro atacantes, con el madridista Vinicius por la izquierda, Neymar como mediapunta, el azulgrana Raphinha por la derecha y Richarlison de ‘9’.

Un sistema que le restó potencial defensivo, pero que acabó beneficiando la fluidez y la verticalidad carioca.

En la segunda parte, el combinado entrenado por Tite se acogió a la calidad de Richarlison para someter a un conjunto serbio que poco a poco sucumbió a la ‘samba’ de los sudamericanos.

Aunque les costó entrar y asentarse en el partido, el dominio de la verde amarela cayó por su propio peso. Primero lo intentó Alex Sandro con un zurdazo que se estrelló en el palo y poco después el jugador del Tottenham encontró el premio a la insistencia.

El atacante puso fin a la igualdad en el luminoso y remató a placer un rechace del portero serbio, tras un disparo de Vinicius desde banda izquierda.

Luego, el ‘9’ se inventó una chilena en el corazón del área para mandar al fondo de la red un centro medido con el exterior de Vini. Sin duda, el gol del campeonato hasta el momento.

El jugador de los ‘Spurs’ fue el director de una orquesta formada por Vinicius, Raphina y Neymar, a la que también quiso sumarse un soberbio Casemiro, que llegó a estrellar en el larguero un zapatazo desde la frontal del área.

Dominio absoluto de los de Tite que aplicaron el rodillo ante una superada Serbia, condenada a defenderse con uñas y dientes del ímpetu brasileño.