El exfutbolista Carlos Caszely sigue con su terapia para enfrentar el dolor que le dejó la partida de su amada esposa, María de los Ángeles Guerra.

Este jueves se cumplieron siete meses de su muerte producto de un cáncer.

Desde ese momento, tanto sus hijos como el propio exjugador de la Roja han manifestado que están enfrentando uno de los momentos más difíciles de su vida.

En entrevista con LUN, Caszely reconoce que odia la soledad. En tanto, su hija Barbra señala al mismo que medio que respetan su espacio: “No lo invadimos”.

No obstante, se organizan a espaldas de su padre para no dejarlo solo y están en constante contacto. Según cuentan, hoy ya lo ven reír.

El whatsapp es el canal por donde más hablan, donde se preguntan cómo amaneció el papá.

Carlos Caszely viajó a Perú en Fiestas Patrias

El ’18’ el exfutbolista no lo pasó en casa ni en Chile. Aceptó una invitación a Lima para ver la Copa Davis, hasta donde viajó con dos de sus nietas: Martina (18) y Slavja (16).

Barbra explicó que “no quiso quedarse el 18 acá, porque el año pasado estuvimos todos juntos en Maitencillo. Me voy, dijo, y se fue, e invitó a mi hija Martina y mi sobrina Slavja. Vio tenis, -mi mamá fue tenista-, y llevó a las niñitas a recorrer Lima. Se distrajo”.

Así lo confirmó el ‘Chino’, quien expresó que en su viaje “me desintoxiqué de esto que tengo en la cabeza. Es que ellas se ríen y yo les echo tallas de que están con el celular todo el rato, hablando con el pololo. Fuimos al mall frente a la playa, a restaurantes. Fueron cuatro días maravillosos”.

Las actividades de Caszely y sus hijos

Caszely tiene cuatro hijos, quienes se organizan para pasar todo el tiempo posible con él.

Por ejemplo, Barbra cuenta que “mi hermana (Valerie) se va a dormir tres veces a la semana con él”, mientras que ella lo visita todos los miércoles para llevarle comida y lo que necesite.

En las tardes, él lleva a su nieto Francis a sus entrenamientos en las inferiores de Colo Colo y, además, acompaña a los hijos de Enzo, el menor, a sus actividades deportivas.

“Siempre hemos estados súper pendientes de él. Nos juntamos siempre, todas las semanas, una donde mi hermana o en mi casa a tomar once. Si tiene ganas de llorar, le respetamos sus tiempos, sus momentos. Lo acompañamos, la idea es que no esté solo“, añadió.

Finalmente, contó que “todos los 22 nos juntamos. Al comienzo era horrible, pero ahora no. Igual está con pena pero ya no llora como antes, que era horrible. Está más tranquilo, en realidad. Como que participa y no participa, está pero como que no está, capaz que pensando ‘pucha, la Mary debería estar acá'”, cerró.